La autoridad de antigüedades no dio mucha información sobre las circunstancias del descubrimiento, hace algunos meses. Según ella, la máscara proviene de la colonia israelí de Pnei Hever, en Cisjordania.
Tallada en una piedra caliza de un color rosado amarillento y cuidadosamente trabajada y pulida, la máscara “es muy naturalista en la forma en que fue hecha, pueden ver los pómulos, la nariz perfecta”, dijo Lupu. Dos cuencas profundas fueron creadas para los ojos y hay dientes marcados sobre la boca.
“Es una máscara rara, la última que fue descubierta fue hace 35 años (…) Pero lo particular, es que sabemos de donde viene, conocemos el contexto arqueológico”, señaló Lupu.
Ya existen una quincena de máscaras de la misma época que también provienen de las colinas y del desierto de Judea aunque la gran mayoría está dispersa en colecciones privadas en todo el mundo. Solo dos de ellas tienen un contexto arqueológico claramente identificado.
Gracias a utensilios de sílex descubiertos en el lugar donde se encontró la máscara, se pudo estimar que tiene cerca de 9.000 años, cuando empezó la “revolución agrícola” y los hombres dejaron la caza y la recolección para sedentarizarse, domesticando animales y dedicándose a las artes.
La máscara tiene hoyos en las extremidades, tal vez para ser llevada por un individuo pero es más probable que fue para su exhibición, en un poste por ejemplo, explicó Lupu.
“Creemos que la máscara es parte del mundo espiritual de las poblaciones del neolítico“, dijo.
En ese periodo, los rituales espirituales y ancestrales conocen un desarrollo espectacular, como lo demuestra el descubrimiento de estatuillas en forma humana, cráneos recubiertos de yeso, y máscaras de piedra, señaló Omry Barzilai, investigador citado en un comunicado de la autoridad.
Con información de AFP