Se trata de un procedimiento más que novedoso: las venas enfermas, en lugar de extirparse, se tonifican y recuperan su funcionalidad.
La llegada del verano puede ser contraproducente para quienes padecen várices, ya que el calor hace que el dolor, la picazón y sensación de pesadez se intensifiquen, por lo que tratar este problema es necesario, no sólo como una cuestión meramente estética, sino de salud.
Para todos aquellos que creían que la opción era resignarse o esperar hasta el año próximo, existe una buena noticia: todavía hay tiempo más que suficiente para decirle adiós a este malestar y poder disfrutar del verano que se avecina sin ningún tipo de complejos.
“Falta muy poco para el verano y es posible decirle adiós a esta afección en tan poco tiempo. Es un procedimiento corto y sus resultados son inmediatos: lo habitual es una sesión por semana y, dependiendo de cada caso, para completar el tratamiento deben realizarse entre dos y seis”, explicó el flebólogo Miguel Ángel Gramajo Booth, director de Nueva Flebología.
A diferencia de los tratamientos tradicionales, que anulan la vena, éste introduce en la luz del vaso una sustancia natural que repara la pared del mismo y permite que la sangre vuelva a fluir con total normalidad.
“El paciente no necesita reposo, sino que logra reincorporarse de inmediato a sus actividades habituales. Sólo debe utilizar medias de elastocompresión graduada, pero apenas durante dos o tres días después de la aplicación”, agregó el especialista.
El tratamiento es mínimamente invasivo y no produce sufrimiento. Lejos está de esas cirugías dolorosas que por otra parte no garantizan que el problema vuelva a aparecer.