Algunos aseguran que funciona. Otros, que solo es un placebo. Aquí, algunas razones.
Hay explicaciones perfectamente satisfactorias para la curación homeopática, y que no implican en absoluto que “funcionen.” Hay otras voces, desde la ciencia y la medicina, que con claras pruebas y argumentos, sostienen lo contrario.
Pese a ello, ambas verdades (o mentiras) continuarán conviviendo durante mucho tiempo. Al menos por ahora, las 6 razones recolectadas en distintos portales especializados por las que sí funciona en algunas personas recurrir a la homeopatía.
1) ME CURO GRACIAS AL PLACEBO
El efecto placebo proviene de la creencia de que algo va a curarnos. Puede ser una pastilla de menta, una inyección de suero salino, una imposición de manos. Cuando el paciente cree que X le va a curar, el cerebro induce una serie de cambios químicos cuyo resultado es la generación de una respuesta por parte del organismo. Resultado: el paciente se cura. A veces, y eso lo saben los médicos desde tiempos de Galeno, el deseo de curarse obra milagros, y un placebo es un vehículo eficaz para la curación.
2) ME CURO PORQUE EL MÉDICO AYUDA
La homeopatía incluye un conjunto de interacciones entre médico y paciente que potencian el efecto del tratamiento. Al igual que una sustancia placebo, un “médico placebo” puede despertar en el paciente una respuesta positiva. Eso lo saben todos los sanadores, sean médicos o curanderos, y los estafadores profesionales se aprovechan de ello: no se trata de curar, sino de dar la impresión de que al menos lo intentan honradamente.
3) ME CURO PORQUE YA ME IBA TOCANDO, HOMBRE
Ben Goldacre, en su libro Mala Ciencia, describe lo que algunos llaman “la maldición de Sports Illustrated.” Según la creencia popular, siempre que un deportista aparece en la portada de esa revista su carrera está próxima a entrar en desgracia. Hay múltiples ejemplos de esta “maldición” en Wikipedia. La propia Sports Illustrated ha analizado este efecto, y en una divertida muestra de humor, su portada en enero de 2012 mostraba… un gato negro.
¿Qué es lo que convierte a Sports Illustrated en una revista gafe? En realidad, nada. Se trata, sencillamente, de que cualquier situación anormal tiende con el tiempo a volver a la normalidad. Si uno lanza diez veces una moneda al aire y las diez veces sale cara, entonces (suponiendo que no esté trucada) tarde o temprano volverán a salir cruces. La regresión a la media es algo que experimentan los jugadores que están en racha, y también los que no lo están.
4) ME CURO PORQUE ESTOS MEDICAMENTOS SON MUY CAROS
Deberíamos recordar esa máxima cada vez que entramos en un comercio a comprar cualquier objeto. Por lo general, tendemos a valorar algo en función a lo que cuesta, porque para nosotros el costo económico es una medida cuantificada de la dificultad en conseguirlo, que a su vez se supone relacionado con sus cualidades.
Es habitual que un vendedor ofrezca dos productos a distinto precio. La diferencia no parece estar relacionada con sus prestaciones, ya que ambos son muy parecidos, así que ¿cuál es el motivo de que uno sea más caro que el otro? El comprador sospecha que algo no está bien, y al final acaba comprando el producto de mayor precio porque “el más barato no lo convence”.
En un mundo así, un medicamento homeopático de bajo costo llevará a la duda. Por el contrario, a más valor, mas “seguridad”.
5) ME CURO POR EL TRATAMIENTO CONVENCIONAL
El carácter de complementaria que la medicina homeopatía se otorga a sí misma tiene varias ventajas. Si la medicina homeopática y la tradicional están actuando juntas mano a mano, ¿cómo podemos saber cuál de ellas es la eficaz? Por supuesto, si sabemos de ensayos clínicos, pruebas farmacológicas y todo eso, podemos responder fácilmente. De otro modo, entran en juego nuestros prejuicios.
Un cáncer no es ninguna broma, e incluso en nuestros días requiere las técnicas médicas más avanzadas de que disponemos. Es necesario acudir a métodos agresivos: quimioterapia, radioterapia, fármacos con efectos secundarios graves. Ahora un paciente, harto de mareos y vómitos, presta atención a la homeopatía. Le prometen que le aliviará los síntomas, que funciona, y lo mejor de todo, que puede “complementar” el remedio homeopático con la terapia tradicional. No hay que escoger, y no le hará mal, así que ¿por qué no intentarlo? A partir de ahí, si el paciente mejora es gracias a la homeopatía, y si empeora es a pesar de la homeopatía.
Se trata de un juego en el que se no puede perder, ya que se cuentan los éxitos como propios y los fallos como ajenos. Y por supuesto, si se da el caso de que el paciente se cura gracias al tratamiento, el caso se convertirá en una prueba más del “éxito” de la homeopatía.
6) ME CURO PERO NO SÉ POR QUÉ
El caso de las remisiones espontáneas resulta particularmente interesante. A veces, sencillamente, el paciente se cura sin que nadie sepa por qué. Se suelen barajar cifras de una remisión espontánea por cada 100.000 casos de cáncer, pero se carecen de datos fiables. Un estudio llevado a cabo en 2009 sugiere cifras de uno entre quinientos.
El cáncer (sigamos con ese ejemplo) es una enfermedad que popularmente se considera mortal a menos que se trate. Hasta tal punto nos hemos acostumbrado a esa forma de pensar, que un cáncer que desaparezca sin tratamiento parece poco menos que un milagro; y si el paciente ha sido tratado con medicamentos homeopáticos, se considera como una prueba sólida e irrefutable de que funciona, el argumento definitivo para callar a quienes descreen de esto.
A veces el cáncer, sencillamente, se va. Puede tratarse de efecto placebo, fallos de diagnóstico, o puede que haya factores en juego que todavía no conocemos. Respecto a qué causa esas remisiones espontáneas, alguna causa habrá. Que no la sepamos no significa que no la haya.