Zappa, uno de los artistas más complejos e inclasificables que dio la cultura rock, murió antes de cumplir los 53 años.
Era capaz de combinar un exquisito universo musical con una alta dosis de mordacidad, en la que se apoyó para dar sus polémicos puntos de vista sobre diversos temas. Pero antes de cumplir los 53, luego de una larga y pública lucha contra un cáncer de próstata, Frank Vincent Zappa pasó al otro plano.
A lo largo de su carrera, iniciada en la década del 60, Zappa llamó la atención por las recurrentes y agudas críticas en su obra al modo de vida de la sociedad estadounidense y a la industria musical, todas ellas expresadas con mucho sarcasmo desde el humor paródico, lo cual generó constantes controversias en torno a su figura.
Pero además su catálogo se caracterizó por un complejo estilo en el que el rock, el rythm and blues, el doo wop, el jazz y la música clásica, entre otros elementos, convivían en intrincadas partituras que ubican a este artista entre los más destacados compositores de música contemporánea.
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La riqueza de su universo musical, las controversias que generaban sus letras y posturas públicas, y la variedad estilística que podía encontrarse en su extensa discografía, compuesta por unos 100 títulos, convirtieron a Zappa en un artista de culto, exento de hits pero admirado por los estudiosos.
La prueba de ello es que consagrados directores de orquestas clásicas como Zubin Mehta, Pierre Boulez y Edgar Varese, una de sus grandes inspiraciones en su juventud, abordaron sus obras.
Sin embargo, el lenguaje obsceno presente en sus canciones y la elección de blancos para sus críticas como las religiones, la clase política, el estilo de vida burgués de los estadounidenses, los hippies, los telepredicadores, entre otros, le valió a Zappa un importante listado de enemigos.
Nacido en la portuaria ciudad de Baltimore el 21 de diciembre de 1940, Zappa se trasladó junto a sus padres, desde muy joven, a California, en donde tomó contacto con las raíces musicales estadounidenses que dieron inicio al rock and roll, aunque esa información musical pareció haber resultado insuficiente de acuerdo a sus inquietudes, que incluían atentas escuchas a Igor Stravinsky y Anton Webern.
Es en ese contexto en que se sumerge en la música clásica, el jazz y la música concreta, lo cual empieza a poner de manifiesto en sus composiciones que se presentaban bajo la sencilla fórmula del rock, pero ofrecían lecturas más profundas y complejas.
“Habíamos invitado a George Rockwell, fundador del partido nazi estadounidense, pero en su lugar vino John Wayne”, lanzó desde el escenario del célebre club Whisky a go-go, en una actuación de mediados de la década del ‘60, al visualizar la llegada al lugar del famoso actor, en lo que fue una de las primeras presentaciones públicas del sarcasmo que demostró a lo largo de su carrera, escribió DiarioPopular