Es mucho más frecuente en niños y en nadadores. La causa más común de infección es el exceso de humedad atrapada en el conducto auditivo. Todo sobre esta dolencia.
Se caracteriza por una celulitis (inflamación de las células) de la piel y subdermis del conducto auditivo externo con inflamación aguda y edema variable. Si bien no se la considera una enfermedad grave, produce una importante molestia porque causa mucho dolor y discapacidad transitoria.
La causa más común de infección es el exceso de humedad atrapado en el conducto auditivo externo que se produce, especialmente en esta época del año, por un mayor contacto con el agua, ya sea en duchas, natación y otros deportes acuáticos, piletas, colonias, termas y climas húmedos.
“A partir de la primavera, la gente se anima y tiene más entusiasmo en salir al aire libre, está más predispuesta a probar nuevos deportes y aventuras. Y, a medida que el calor se hace más intenso, el contacto con el agua es una fuente de frescura que todos desean experimentar. Los chicos terminan las clases y suelen ir a las colonias, las visitas a las piletas de amigos y familiares, clubes y hoteles, termas, ríos y mar. Es un período de significativo aumento en cantidad de casos y consultas”, explica la doctora Lorena Belli, Otorrinolaringóloga de los Centros de Diagnóstico DIM.
De hecho, algunas personas presentan conductos más estrechos y pueden ser más propensos a tener este tipo de afecciones. Otras causas posibles son la limpieza excesiva del conducto con elementos no apropiados que generan traumatismos locales.
Diagnóstico y síntomas
Las principales manifestaciones son de inicio rápido (generalmente en 48 horas) y el primero de ellos es la otalgia (dolor agudo en el oído), que suele estar acompañado de calor en la zona y dolor al masticar. También puede aparecer hipoacusia o sensación de tener el “oído tapado”. “De hecho, la fiebre es mucho menos frecuente en estos casos que en la otitis media aguda” explica la profesional. “El examen físico es fundamental para certificar el diagnóstico, aunque a veces se dificulta porque el paciente tiene muy sensible y dolorida la zona y se hace difícil el examen con el otoscopio”. Puede o no haber otorrea (presencia y emisión de flujo purulento por el conducto auditivo externo), aunque no es un signo necesario para el diagnóstico.
Tratamiento
Una vez confirmado que se trata de otitis externa, es fundamental indicar antiinflamatorios y calor local para aliviar el dolor. De hecho, la gran mayoría de los casos se resolverá con gotas óticas de antibióticos. Esta terapia tópica debe administrarse dos o tres veces por día y generalmente con tres gotas por vez, según prescripción médica. En este punto, una clave para una rápida recuperación es colocar las gotas de forma correcta y dejarlas actuar en la zona por 2 o 3 minutos. En casos de mayor edema de la pared del conducto se indican antibióticos orales. El tratamiento debe mantenerse por 7 a 10 días corridos y se debe evitar mojar el oído.