Las tareas para rescatar a Julen, el nene de 2 años que cayó a un pozo en una finca privada en Málaga, España, continúan sin descanso.
Julen tiene 2 años y cayó el domingo en un pozo de unos 110 metros de profundidad y apenas 25 centímetros de diámetro en la localidad malagueña de Totalán, en España. Su rescate genera una gran expectativa y preocupación en todo el país.
La familia de Yulen había ido a la quinta de un pariente para comer una paella. Cuando el nene jugaba con otro se cayó por el agujero del pozo que se excavó para el abastecimiento de agua pero no tenía protección. Según los testigos, nadie pudo hacer nada para evitar la caída del pequeño.
Un centenar de efectivos de los servicios de emergencia participan del operativo de rescate que ya se alargó por dos días Las tareas comenzaron después de que la familia dio aviso del accidente, hacia las 14 hora local del domingo (10 de Argentina).
Por el momento, los equipos de rescate consiguieron bajar una cámara hasta 78 metros de profundidad, donde se toparon con un tapón de tierra húmeda que obstruía el pozo. Los efectivos pudieron abrir unos 30 centímetros hacia abajo, pero todavía no pudieron localizar al menor. No obstante, hallaron una bolsa de chucherías y un vaso de plástico que tenía el nene cuando cayó.
Los expertos apuntaron a que la obstrucción del pozo podría ser a causa de un desprendimiento de tierra y la Guardia Civil trabaja en tres opciones para rescatar a Yulen, si bien a medida que pasan las horas se reducen las chances de encontrarlo con vida.
Abren un túnel lateral para intentar llegar al nene
En las últimas horas los expertos consiguieron realizar una perforación de unos 30 centímetros del tapón de tierra que bloquea el pozo, y ahora esperaban la llegada de un vehículo con un mecanismo específico, con el que intentarán extraer el resto del material compactado.
La labores se realizan con “extrema precaución” para evitar un nuevo derrumbe interno, debido a que todavía “no se pudo comprobar el estado del menor”.
La segunda opción ya está en marcha: realizan un pozo paralelo, de la misma profundidad pero más ancho, aunque para ello también se debe entubar el existente para impedir que se derrumbe.
La tercera alternativa consiste en excavar a cielo abierto un acceso al pozo desde el lateral del monte, a la altura de donde se cree que se encuentra el nene.
“Se han probado todas las ideas y materiales que bastantes empresas del ámbito tecnológico y la robótica nos han traído”, indicó el agente de la Guardia Civil.