La joven de 30 años salió de su casa hace un mes pero su familia jamás volvió a tener noticias de ella.
Familiares y amigos de una joven de 30 años se encuentran desesperados ante la ausencia de quien no se sabe nada desde el pasado 2 de enero, cuando fue vista en la ruta nacional 5 haciendo “dedo” hacia la ciudad de Buenos Aires.
Un amigo de Carola Desuque aportó el dato de que el 10 de enero fue vista “haciendo dedo” en la ruta 5, en sentido a la ciudad de Buenos Aires. En ese momento, la joven llevaba una mochila y estaba sola, en tanto, al revisar una cámara de seguridad ubicada en un hotel de la zona, constataron efectivamente que la persona del video era ella y que podría estar en la ciudad de Buenos Aires.
Para los investigadores, eso demuestra que la joven planeó la ida de la ciudad pampeana de Santa Rosa. La chica es de contextura media, delgada, 1,60 metros de altura, tez blanca, cabellos largos castaños, piercing en nariz lado izquierdo, sin tatuajes y ojos marrones.
Gabriela es la mamá de Carola y desde hace años libra una dura batalla para que su hija pueda salir de una adicción a las drogas. Confirmó que en los días previos a la última vez que la vieron, la relación entre ambas no era la mejor.
“El último contacto que mantuve con ella fue por un mensaje de texto el 2 de enero que me mandó en el que me pedía que habláramos. Yo le dije que en ese momento no estaba en condiciones de hablar con ella porque estábamos peleadas. Carola es de esas personas que cuando se enoja, se aleja y no le gusta que invadamos su espacio. Un día después mi hijo me dice que había ido a su casa y que no estaba. Ahí le empecé a escribir y nunca más me contestó”, relató la mujer.
Según la madre, la joven desaparecida tiene que tomar una medicación para estabilizar su adicción pero últimamente no había querido hacerlo. De hecho le dijo a Gabriela que quería dejar de asistir al psicólogo que la estaba tratando.
“Ella no quería que me metiera en sus cosas. Por eso con ella iba despacio. No quería invadirla”, dijo. La relación entre ambas siempre fue tensa, pues era su mamá la que se encargaba de la parte desagradable pero necesaria para que dejara de consumir. “Ella siempre me decía que yo quería verla encerrada”, detalló.
Fuente: Crónica