El Servicio Meteorológico Nacional dio a conocer su informe trimestral con los datos de los meses de enero, febrero y marzo, es decir del verano, en todo el país. De allí se desprende que en la ciudad de Santa Fe –algo que se replicará en la provincia toda–, la temporada estival estará marcada por las abundantes precipitaciones y jornadas muy calurosas.
En su informe titulado Pronóstico Climático Trimestral, el organismo nacional informa de una “mayor probabilidad de ocurrencia de precipitación superior a la normal sobre el centro y sur del litoral y noreste de Buenos Aires“, con un apartado especial para las lluvias intensas.
Y el informe continúa diciendo que “se espera la ocurrencia de eventos de precipitación localmente más intensa que lo normal sobre el centro y norte de Argentina durante el transcurso de los próximos meses.La relativa coincidencia en los pronósticos sumado a la propia climatología y al desarrollo de un evento El Niño aumenta las chances en la frecuencia de estos eventos con sus respectivos impactos“.
Cambio climático
En noviembre pasado, la Fundación Ambiente y Recursos Naturales difundió un trabajo sobre el impacto del cambio climático en las diferentes regiones argentinas.
Para la región Litoral y Pampa Húmeda (que comprende las provincias de Buenos Aires, Santa Fe, Entre Ríos y Corrientes y Misiones) aparece el agravamiento de fenómenos como sequías y olas de calor, y lluvias más intensas e inundaciones.
Respecto a las sequías y las olas de calor desde Farn estimaron que serán eventos cada vez más frecuentes “con impactos negativos sobre la productividad agropecuaria y la salud pública”.
Por otra parte, se espera que las precipitaciones intensas “continuarían aumentado a lo largo del siglo”. “Los cambios en el uso del suelo de esta región han incrementado los caudales de los ríos de la cuenca del Plata potenciando el riesgo de inundaciones frente a un escenario de mayores precipitaciones”, se alerta.
Estos fenómenos, estima la investigación, generarán cambios en las producciones agropecuarias: “Si bien el aumento de los niveles de CO2 y la temperatura mejoraría el rendimiento de algunos cultivos en el sur de la región, también podría provocar grandes pérdidas en el norte”.