Recomiendan evitar la higiene del conducto auditivo con hisopos, colocar gotas de productos específicos luego de estar largas horas en la pileta o el mar y consultar ante los primeros signos de dolor.
En el verano, una de las afecciones más comunes que se suelen registrar en guardias, consultorios y diversos centros de salud es la otitis o infección del conducto auditivo externo, por lo que para no sufrir los dolores que provoca, los especialistas recomiendan evitar la higiene del conducto auditivo con hisopos, colocar gotas de productos específicos luego de estar largas horas en la pileta o el mar y consultar ante los primeros signos de dolor.
“Existen dos tipos de otitis: la media y la externa. La otitis media es una inflamación del oído medio y está asociada principalmente a las congestiones nasales, mientras que la externa es una inflamación de la piel del conducto auditivo externo”, explicó la médica María Andrea Ricardo, jefa del Servicio de Otorrinolaringología del Hospital Británico.
La especialista remarcó que la otitis externa es una afección muy frecuente en verano “debido al mayor contacto con el agua, ya que los productos utilizados para el mantenimiento de las piletas, tales como el cloro, alguicidas, decantadores, entre otros, resultan irritantes para la piel y provocan micro erosiones que representan la puerta de entrada de las bacterias”.
En diálogo con Télam, Ricardo aclaró que “más allá de los productos, la sumersión en agua en forma prolongada, como puede ser el mar o el río, también genera una humedad que debilita la piel del oído” y explicó que “la infección se caracteriza por dolor intenso, mientras que en algunas ocasiones se observa una descarga de material purulento”.
En ese sentido, describió que “algunas personas que padecen de lesiones crónicas de la piel en el pabellón (oreja) pueden presentar predisposición para estos cuadros” y remarcó que los más damnificados son los más pequeños: “Si bien niños y adultos tenemos las mismas probabilidades de tener otitis, es más frecuente en los pequeños porque suelen permanecer más horas en el agua”.
Por su parte, especialistas del Hospital de Clínicas informaron que “para prevenir, sobre todo en personas con otitis frecuentes, se deben utilizar gotas luego de la exposición al agua” y especificaron que los productos que se deben conseguir son “alcohol boricado o alcohol isopropílico”.
“En ningún caso es conveniente la auto – higiene del conducto, ya que el cerumen contiene ácidos grasos que protegen naturalmente a la piel de la infección bacteriana”, advirtieron, al tiempo que añadieron: “Únicamente cuando el exceso produce disminución de la audición o prurito es recomendable visitar al médico, que puede retirarlo sin lastimar la piel”.
Además del alcohol boricado, Ricardo informó que se pueden mezclar tres gotas de alcohol con vinagre blanco y colocar esa sustancia en los oídos después de la exposición al agua. “El alcohol y el ácido del vinagre ayudan a prevenir que se produzca la proliferación de bacterias”, especificó la médica especialista.
En relación al diagnóstico, detalló que “es imprescindible consultar con el médico pediatra o con un especialista ante el primer indicio de dolor para realizar un examen y confirmar el tipo de afección”, mientras que “en caso de no poder concurrir inmediatamente al médico, se recomienda no colocar medicación local (gotas), sino administrar medicamentos para calmar el dolor, como un analgésico por vía oral”.