En film que llegó hoy a los cines argentinos, aunque recién ahora se incorpora al “canon oficial”, el adversario de Goku será un viejo conocido por los fanáticos
Como sucede con los animes más exitosos, Toei Animation realizó distintos OVAs –una suerte de películas directo al mercado hogareño- durante la emisión televisiva de Dragon Ball Z(1989-1996). A pesar que estas historias no tenían relación con la continuidad de la serie, muchos personajes se ganaron el corazón de los fanáticos. De todos ellos, el más popular de todos fue Broly. ¿Por qué? Básicamente, el atractivo de este guerrero eran sus orígenes vinculados a Goku y Vegeta.
Para hablar de este “saiyajin legendario” hay que remontarse a sus primeros minutos de vida. En ese momento, cuando era apenas un bebé, su padre notó su gran poder –el más poderoso que se le haya detectado a un recién nacido-, pero algo llamó la atención de todos: Kakaroto lloraba más fuerte y “demostraba tener más agallas”. Sí, una deducción un tanto extraña. La cuestión es que el Rey Vegeta –padre de quién ya saben- sospechó que alguien con un Ki tan elevado lo derrocaría y mandó a ejecutarlo.
Finalmente, él y su padre (el humilde, Paragus) logran sobrevivir milagrosamente a la ejecución. Incluso, Broly con su habilidad de transformarse en súper saiyajin, aun siendo un chiquito, es uno de los pocos que sobrevive a la destrucción del planeta Vegita en manos de Freezer (y hasta logra salvar a su progenitor de manera inconsciente). A partir de esa utopía, emprendería un viaje en el que su poder se desataría a tal punto que se volvería un desalmado conquistador de mundos.
La venganza fallida
Resentido con el destino para él y su hijo que había elegido el padre de Vegeta, Paragus planea una venganza perfecta: en un supuesto “Nuevo Vegeta” –un planeta con todas las condiciones para refundar la nación de los saiyajines-, este mártir reúne a Vegeta, Goku y todos sus aliados con la excusa de presentarles al “Saiyajin legendario”. Sin embargo, tal cosa era solo una excusa, y una farsa, para atraerlos a ese mundo que en realidad estaba a punto de implosionar por la llegada de un cometa.
Tal plan exterminador se vio frustrado cuando Goku reconoce en Broly a ese guerrero imbatible. Y, a pesar que el poder de su adversario era ilimitado, el héroe de siempre se encarga de derrotarlo cuando sus compañeros le ceden todas sus energías.
Dragon Ball siempre da revancha
La cuestión es que, fiel a su historia de vida, Broly logra sobrevivir y se escapa en una cápsula que de manera fortuita aterriza en la Tierra. Allí, por supuesto, se enfrentará con los encargados de espantar a cualquier conquistador espacial. Esta vez, Goku se une a sus hijos, Gohan y Goten, y con la ayuda del dragón Shenlong –sí, ese que aparece cuando se reúnen las 7 esferas-, realizan un Kame Hame Ha letal que no lo mata pero lo pone en cercanía del sol. Y nadie podría sobrevivir a eso.
Pero… los villanos siempre se las ingenian. Y este saiyajin legendario volvería a nacer. ¿¡Qué!? Sí, la nave que lo trajo a suelo terrícola contenía sus células y un mago estafador se encargó de negociarlas para que su surja un nuevo ser imbatible.
Ya con su material genético en manos de la ciencia, el experimento es inacabado cuando el guerrero apura el proceso y su cuerpo aún no conforma todos sus tejidos. Pese a ese Bio-Brolysurge y va directo a enfrentar a quienes lo hicieron arder.
Por suerte, en esta oportunidad, nuestro planeta no necesita del salvador de siempre y Trunks, Krilin y Goten lo derrotan con un Kame Hame Ha. Ojo, tuvieron la inesperada ayuda del agua salada, la insólita kriptonita de este saiyajin a medias.
Regreso con gloria
Conscientes del amor de los fanáticos por el personaje, el estudio apostó a su inclusión en Dragon Ball Super: Broly (2018). Y sí, así se produce lo que muchos esperaban: el villano se suma al canon oficial de la creación más célebre de Akira Toriyama. Por supuesto que no se respetará todo este bagaje que les contamos, pero sí su esencia. El antagonista mantendrá su condición de “saiyajin legendario” y su odio hacia aquél que lo despertaba con su llanto cuando era apenas un bebé.