A partir de enero próximo y por todo 2019, para un asalariado que no tiene cargas de familia ni aplica ninguna deducción por gastos, el Impuesto a las Ganancias comenzará a sentirse a partir de un salario promedio mensual de $ 38.301.
Las variables del impuesto que definen quiénes quedan alcanzados se actualizan según la variación que tuvo la Remuneración Imponible Promedio de los Trabajadores Estables (Ripte).
Entre octubre de 2017 y el mismo mes de 2018 el índice varió un 28,29%. En el caso de un asalariado sin cargas de familia, el menor sueldo promedio mensual alcanzado será de 38.301 pesos.
Si se trata de alguien que deduce cónyuge y dos hijos, esa cifra será de $ 50.668. Si se deducen dos hijos pero no cónyuge, el ingreso alcanzado parte de $ 44.511, y si se declara un hijo (o el 50% de dos hijos, tal como puede hacerse si los dos padres tributan y ninguno de ellos toma el 100% de la deducción), el menor sueldo alcanzado por Ganancias será de 41.406 pesos.
En tanto, los jubilados pagan Ganancias a partir de un ingreso equivalente a seis haberes mínimos. En este mes y en enero y febrero el mínimo será de $ 55.854,60, mientras que en marzo subirá a 62.462,20 pesos.
Asimismo, a partir de los ingresos de este año, los autónomos tienen un alivio en comparación con cómo venían pagando Ganancias, porque se achica la brecha con los asalariados.
Por todo 2018, el ingreso más bajo alcanzado por el impuesto es de $ 200.753,73. Y para 2019 la cifra anual será de $ 257.546,96, si no se aplica ninguna deducción.
Por la reforma tributaria de diciembre de 2017, desde este año las rentabilidades obtenidas por inversiones como plazos fijos, bonos públicos y otros instrumentos financieros quedan alcanzadas por Ganancias.
En el caso de colocaciones en pesos y sin ajuste por inflación, la alícuota es del 5%, mientras que las inversiones en dólares o que ajustan por inflación (nominadas en UVA) tributan un 15 por ciento.