Las ventas de productos lácteos cayeron por tercer año consecutivo y el consumo de leche se desplomó.
El sector lácteo transita una situación crítica. La crisis que lo atravesó en estos últimos años radica en el modelo de producción sectorial, con una realidad empresarial que no se adaptó a la retracción de ventas y a la fuerte inflación de los costos, según advierte un informe de la Universidad de Avellaneda.
Una de las variables que explican la menor producción primaria e industrial de leche es la caída del consumo interno, que se redujo por tercer año consecutivo en 2018. Según datos oficiales del Ministerio de Agroindustria, las ventas internas de leche fluida disminuyeron 1,3% en los primeros 11 meses del 2018. Si la comparación se realiza respecto del mismo período del año 2015, se nota un retroceso de 10 puntos porcentuales en las ventas.
En 2018, el yogur firme fue lo que más se encareció: 73,1%. Le siguió la manteca con un 51,6% de aumento, la leche en polvo con 49,6% y el dulce de leche con 47,9%. Estos cuatro productos subieron por encima de la inflación general, que cerró el año pasado con un 47,6% según el INDEC. La leche fresca, en tanto, se incrementó un 47% y el queso cremoso un 45,1%.
Leche en polvo (-8,4%), leche chocolatada (-6,4%), postres lácteos y flanes (-6,2%), yogures (-5,5%), crema (-4,2%), manteca (-3,3%) y leche fluida (-1,3%), yogures (-5,5%), crema (-4,2%), manteca (-3,3%) y leche fluida (-1,3%).
Según el informe de la Universidad de Avellaneda, el rebote del 2018 no llegó a compensar la retracción inicial de leche, en una industria que procesaba $12.061 millones en 2015, y en 2018 produjo poco más de $10.500.
Esta retracción del sector determinó una fuerte disminución en la cantidad de tambos, que se redujeron un 8,1% en tres años, pasando de casi 11.500 a poco más de 10.700 en el último año.
Esto también se tradujo en una disminución en los puestos de trabajo en el sector, que cayó 4,1% (1.400 empleos destruidos).
A pesar de la retracción del sector, la alta concentración en la comercialización y la inflación de costos, determinaron aumentos promedios en lácteos del orden del 170% acumulado.