Un empleado de una estación de servicio situada en Esperanza fue sancionado por brindar pruebas que contribuyeron a esclarecer el asesinato de la menor de 17 años. Pero, desde el comercio no dicen lo mismo.
Un joven de 27 años, empleado de una estación de servicio de Esperanza, fue duramente sancionado por la empresa luego de aportar pruebas claves que ayudaron a resolver el crimen de Agustina Imvinkelried, la joven de 17 años que fue asesinada tras haber ido a bailar con sus amigas.
Ezequiel relató que “la estación de servicio en la que trabajo está situada a media cuadra del boliche Teos Disco al que había asistido Agustina el día del crimen”. “Ella le dijo a sus padres que iba a encontrarse con un amigo en la estación de servicio. Sus papás llegaron desesperados al lugar y me pidieron por favor que les muestre las imágenes de las cámaras de seguridad para poder encontrar a su hija. Yo lo conocía, eran clientes habituales”, recordó el joven.
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Agregó: “Ellos ya tenían las imágenes que mostraban a Agustina saliendo del boliche pero querían saber si ella había caminado más de media cuadra. Los invité a pasar a la oficina y miramos las imágenes. En el video, vimos que el único auto que había pasado era un Renault 12”.
A partir de ese dato, efectivos pudieron dar con Pablo Sebastián Trionfini, el hombre de 39 años que fue hallado ahoracado en un domicilio situado en las calles Uruguay y Stein, barrio Unidos de Esperanza, según relató el joven a nuestro medio.
Pese a la ayuda brindada, al volver a su trabajo en la siguiente jornada, se encontró con un preocupante panorama. “Mis compañeros, de toda la vida, me miraban como si fuese un ladrón. Me juzgaron. Había un clima raro. Me dijeron que tendría que haber actuado en frío y no debería haber ayudado ni haber dejado pasar a nadie a la oficina”, manifestó.
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Días después, el joven recibió una notificación de la empresa. El telegrama informaba que había sido suspendido durante 5 días con posible despido.
Pero el panorama tiene otro color si se escucha la otra campana. Desde la estación de servicio, consultados por Radio EME, lo definen como “personaje”. “Llegó mil veces tarde, hizo faltar dinero, hizo las mil y una, mucha gente lo conoce”, afirma el encargado del lugar.
“Nosotros no lo suspendimos, lo informamos a Rosario y los dueños del lugar procedieron a la suspensión”, manifestó el hombre que, a su vez, expresó que el joven se acercó a la estación de servicio y amenazó a sus excompañeros que los iba a escrachar.