Tras un amago de festejo entre pocos en Nueva York, la diva al final volvió a quedarse con Punta del Este, donde asistirá un mayor número de allegados; ¿Irá Maluma? Quién sabe; Lo cierto es que la diva elige vivir “como una piba de 30” y celebrará la vida con amigos
Para el imaginario popular algunos ídolos están más allá del tiempo y el caso de Susana Giménez, que hoy cumple 75 años, parece corroborarlo: “elegí vivir” .
Si bien en un momento la diva había planeado una fuesta al mejor estilo Sex / The City en Nueva York, con un puádo de amigos glamorosos, en las últimas horas trascendió que podrá celebrar su onomástico en La Mary acompañada de varios famosos como su amigo, Ricardo Darín. La actriz tramitó los permisos correspondientes ante la intendencia de Maldonado para hacer una megafiesta. Su entorno, sin embargo, se muestra cauteloso y no quiere soltar detalles. Hasta llegó a especularse con la presencia de Maluma, a quien Su le dedicó un especial en Telefe durante el año pasado. Pero claro, habrá que esperar qué pasa hoy para saberlo.
Nacida como María Susana Giménez Aubert en Buenos Aires, Susana hizo y pudo todo; da la sensación de que tiene la capacidad de convertir en oro todo lo que se propone, desde que era modelo, cuando fue vedette, cuando fue actriz, cuando se metió a editora de su propia revista y ahora que revive año a año con su ciclo “Susana Giménez”.
Desde que apareció por primera vez en la tapa de Gente con la leyenda “Susana, la mujer que mata”, en 1967, tiene uno de los rostros más frecuentes en las publicaciones del Río de la Plata, donde se encumbró fabricando una personalidad encantadora, avasallante aunque distinta a la de su colega Moria Casán, de singular simpatía más allá de sus atributos físicos, y se transformó en un deseado modelo de vida para muchas jóvenes que han intentado emularla.
Autora de preguntas acerca de si los dinosaurios estaban vivos o de cómo le acomodaba las pelotas una mujer a su esposo golfista, acuñó latiguillos como “¡Me lo como!”, “¡Ay, mi amooor!”, “¡Qué amoroso!” e introdujo la palabra “ídola”, que no existía en la lengua castellana y que fue adoptada de inmediato por mucha gente.
La carrera de Susana fue siempre en ascenso; luego de haber estudiado en el Quilmes High School y el colegio La Anunciata, y haberse casado con un hombre de apellido -como desea cualquier buena familia de clase media alta-, tuvo a su hija Mercedes Sarrabayrouse a los 18 años y de allí pasó a integrar la agencia de modelos de Héctor Cavallero.
Su figura y su encanto llamaron la atención del director Fernando Ayala, quien la integró al elenco de En mi casa mando yo (1968), con Luis Sandrini y Malvina Pastorino, a lo que siguieron sus intervenciones en los programas Sótano beat y Matrimonios y algo más, y este último le valió su primer Martín Fierro en 1970. Hoy será homenajeada durante todo el día por el canal Volver.