Es uno de los problemas más frecuentes. Qué medidas se deben tomar para proteger a los chicos y cómo reconocer el cuadro.
Acaba de arrancar 2019 y los días agobiantes ya se hicieron presentes. Liberados del colegio, los niños colman las colonias de vacaciones -que con el primer día hábil del año iniciaron su actividad fuerte-, así como plazas, parques, playas y piletas. Uno de los efectos colaterales más frecuentes en esta época es el golpe de calor, por eso desde la Sociedad Argentina de Pediatría emitieron un comunicado con consejos para evitarlo.
Al aire libre, la diversión está prácticamente garantizada, lo que hay que asegurarse es que sea sin riesgos. Elevar entre un 25% y un 50% la ingesta de líquidos respecto de la cantidad habitual, permanecer en lugares frescos y ventilados y evitar la exposición directa al sol entre las 10 y las 16 son las principales recomendaciones de la SAP para proteger a los niños frente a las altas temperaturas.
“Con la llegada de los calores intensos hay que seguir algunos consejos para evitar los golpes de calor y la deshidratación de los más pequeños”, alerta el texto.
Se debe evitar la actividad física intensa, usar gorro, vestirse con ropa clara y holgada, comer liviano e incrementar la frecuencia del amamantamiento en los bebés, añaden los profesionales nucleados en la SAP.
“La ingesta de líquido por parte de los niños en cantidades adecuadas es fundamental siempre, pero sobre todo en épocas de calor, cuando la pérdida de agua corporal a través del sudor es mucho mayor”, explica el pediatra Esteban Rowensztein.
En tanto, su colega Ana María Della Fonte destaca que “es importante tener en cuenta el sistema de alerta temprana meteorológica para prevenir y tomar los recaudos necesarios cada día”.
El alerta se clasifica en cuatro niveles: verde, amarillo, naranja y rojo, que tienen que ver con el riesgo para la salud a partir de las temperaturas elevadas y durante cuántos días se pronostica que se mantendrán.
“El verde implica un estado de vigilancia durante el verano y no representa peligro para la salud de la población. El amarillo se utiliza los días que pueden ser peligrosos para los grupos de riesgo, como los bebés y niños pequeños y mayores de 65 años”, puntualizó.
El naranja “representa un día que puede ser muy peligroso no sólo para los grupos de riesgo, sino para el resto de la población, mientras que la alerta roja es una situación límite y excepcional que puede afectar a todas las personas”, añadió.
Cómo reconocerlo
El “golpe de calor” se puede presentar con síntomas tan diversos como dolor de cabeza, náuseas, vómitos, mareos, decaimiento, irritabilidad, desmayos, sudoración excesiva, piel roja y caliente, tendencia al sueño y debilidad muscular o fiebre.
“Si aparecen síntomas compatibles con un golpe de calor se debe ofrecer agua segura para beber, trasladar al niño a un lugar fresco y ventilado, quitarle la ropa y refrescar su cuerpo con agua”, aconsejaron desde la SAP.
Y completaron: “Es importante tener en cuenta que si bien pueden presentar temperatura corporal elevada, no se les debe administrar fármacos antifebriles, que pueden empeorar el cuadro. Ante cualquier sospecha o duda, hay que llevarlos a un pediatra”.
Desde la SAP advirtieron, además, que la exposición solar a las radiaciones ultravioletas (UVA y UVB) en la infancia es responsable de hasta el 90% del cáncer de piel en el adulto, por lo que también subrayaron la importancia de utilizar protector solar de amplio espectro y renovarlo periódicamente.
Cinco claves para protegerse del sol
✔️Evitar el sol entre las 10 y las 16 horas.
✔️Usar gorro, anteojos de sol y remera con mangas.
✔️No exponer al sol a bebés menores de 1 año.
✔️Utilizar protectores solares de amplio espectro contra UVA/UVB media hora antes de la exposición y renovar cada dos horas en bebés mayores de 6 meses.
✔️Buscar preferentemente la sombra.