La percepción de la población sobre la situación económica y laboral en el país denominado Índice General de Expectativas Económicas (IGEE) que elabora la consultora Kantar TNS cayó dos puntos en enero respecto de la medición de diciembre y sigue sin poder despegarse de los 70 puntos en torno a los oscila desde julio pasado.
Ese indicador se mueve en forma directamente proporcional a la situación personal y el nivel de vida de las familias, que según datos difundidos este lunes por Indec siguen perdiendo capacidad de consumo: en diciembre, último dato disponible, y aún con el efecto del aguinaldo y el incentivo de las fiestas, las ventas cayeron 8,7% en los supermercados y 12,4% en los mayoristas. En los centros de compras (shopping) el desplome fue todavía mayor y llegó al 13,3% en diciembre.
La retracción de las ventas fue mucho más notoria en los comercios de de electrodomésticos y artículos para el hogar. Las ventas totales sin ajustar por inflación fueron 10,1% más bajas en diciembre de 2018 que en diciembre de 2017. Si se considera que el año pasado la inflación fue del 47,6% queda en evidencia la dimensión del desplome de ventas de todo los artículos que tienen que ver con el equipamiento de las casas familiares. Por supuesto, si caen las ventas también cae el empleo en los locales comerciales dedicados al ramo: cayó un 10,7% los puestos de trabajo en el rubro. En diciembre de 2017 eran 25.678 los vendedores, cajeros, administrativos y otro empleados que trabajaban en estos comercios. Apenas un año más tarde uno de cada diez de ellos perdió el empleo y llegaban a 22.928 en total.
Dentro de la caída global, algunos artículos se destacaron. Medidos en unidades, se vendieron 26,5% menos de televisores,TV LED, Smart TV, LCD y plasmas; 63,6% de cámaras digitales, 69,2% de equipos de audio, 35,6% de heladeras con y sin freezer, 29% de cocinas a gas y 42,2% de cocinas eléctricas, hornos eléctricos y microondas. Entre todas, llama la atención la caída de 33,8% en la cantidad de unidades vendidas de pequeños electrodomésticos.
En la reciente gira por India y Vietnam, el presidente Mauricio Macri buscó cerrar acuerdos para abrir mercado a las exportaciones argentinas. En todos los casos repitió la misma lógica: ofrecer productos de la economía primaria y aceptar como contrapartida abrir el merdcado doméstico a las importaciones de bienes industrializados. En el caso de Vietnam, el pedido fue la apertura del mercado argentino para los electrodomésticos de ese origen. En un mercado deprimido, con fábricas locales que cierran por la caída brutal de ventas, el Gobierno analiza facilitar el ingreso de más competencia. Seguramente, en el discurso oficial se valorará que esos electrodomésticos importados de Vietnam llegarán con precios más convenientes a los compradores argentinos. Sin embargo si el nivel de empleo y de ingreso de las familias sigue en franca caída como hasta ahora, poco y nada importará el valor de estos electrodomésticos.
La directora comercial de Kantar TNS, Julieta Dejean, explicó que “la caída de enero revierte parcialmente la mejora registrada en diciembre, de esta forma el IGEE sigue sin poder despegarse demasiado de los 70 puntos en torno a los que oscila desde julio pasado”.
El IGEE se conforma de tres subíndices: Situación Actual, Situación Futura y Compra de Bienes Durables. Respecto de la medición de diciembre, caen los subíndices de Situación Actual y Futura (2 puntos en ambos casos) y el único que se mantiene estable es el de la expectativa de compra de bienes durables que era el qué más había crecido en diciembre (8 puntos). “La percepción del momento para realizar compras de bienes durables se mantiene, lo cual modera la caída de índice general y puede leerse como una señal relativamente positiva ya que se mantiene el crecimiento de ocho puntos que había experimentado en diciembre”, puntualizó Dejean.
Las caídas en la evaluación de la situación actual y las expectativas a futuro son impulsadas principalmente por la percepción de la situación económica en general (actual y futura) mientras la percepción de empleo registra variaciones menores. “Si bien, la percepción de la situación de empleo actual fue el indicador que más se deterioró en 2018, en esta medición se mostró menos volátil y sólo cae un punto. Esto no significa que la situación no cause preocupación en la población, ya que de todas formas, permanece en torno a su piso histórico”, agregó Dejean.
“Son varios los aspectos que pueden haber influido en la caída de la percepción de la situación económica actual: en enero se registró mayor nivel de inflación que el esperado (por sobre el de diciembre) y hubo aumentos en servicios y en productos de primera necesidad. Estos hechos diluyeron en parte la recuperación de diciembre”, analizó Dejean.