Ingredientes:
60 gramos de manteca de cacao (se consigue en dietéticas o casas de repostería).
30 gramos de cacao amargo en polvo.
30 gramos de azúcar mascabo.
Preparación:
Antes de comenzar a preparar los chocolates, es necesario tener listos los ingredientes: picar la manteca de cacao y tamizar el cacao para eliminar los grumos. Poner a hervir agua en una cacerola y encajar sobre ella un cuenco de manera que impida la salida del vapor.
El cuenco debe ser más grande que la boca de la olla donde se pone el agua a hervir para que no entre humedad ni se produzcan salpicaduras. Verter la manteca de cacao en el cuenco a baño María y bajar la temperatura del fuego a mínimo. El cuenco no debe estar en contacto con el agua hirviendo.
Fundir la manteca de cacao, removiendo con una espátula de silicona. Una vez que se ha derretido, agregar el azúcar revolviendo para evitar grumos.
Por último, incorporar el cacao en forma de lluvia sin dejar de remover. Retirar el cuenco de la olla. Una vez que se note homogénea la preparación, verter en moldes de silicona u otro material que se puedan desmoldar con facilidad. Lo ideal es que solidifique a temperatura ambiente, de esta forma el chocolate mantiene su brillo.
* Dato: en épocas de verano, o ante la necesidad de acortar el tiempo, se puede colocar en la heladera para que solidifique rápidamente, pero el chocolate puede quedar un poco más opaco.
* Un tip: si el azúcar mascabo es de molido grueso, es ideal molerla en un molinillo de café eléctrico para obtener un “azúcar glas” y que no se note la textura granulada en los chocolates.
* Importante: cuando preparamos chocolates todos los elementos a utilizar deben estar limpios y secos y debemos evitar el contacto del agua con la preparación.