El Ministerio de Salud, informó que desde enero se detectaron un total de 179 casos en la provincia.
A partir del primer caso de dengue confirmado en Santa Fe durante 2019, el 17 de enero, a la fecha se detectaron 180 casos confirmados en toda la provincia. De ellos, 105 casos pertenecen a la ciudad de Santa Fe y solo uno presenta antecedentes de viaje. El resto son autóctonos.
Otros 65 casos se registraron en la ciudad de Rosario, de los cuales dos tienen antecedentes de viaje; en tanto que se observan dos casos en Villa Gobernador Gálvez, Rincón y en Las Tocas. Del mismo modo, se detectó un caso en las siguientes localidades: Avellaneda, Humberto Primo, Roldán, y Romang y María Juana, todos con antecedentes de viaje.
Según el Ministerio de Salud de la provincia, en todas las localidades se continúa con las medidas de bloqueo y prevención para evitar la propagación de la enfermedad.
Hantavirus
Tras el caso de hantavirus en la ciudad de Esperanza, no se han detectados más casos positivos a la fecha.
Se transmite a través de la inhalación de saliva, orina y excremento de roedores infectados. Deben consultar a un médico las personas que hayan estado expuestas a los mismos o presenten antecedentes de viaje a Epuyen o Esquel, o contacto con personas enfermas con diagnóstico confirmado y manifiesten síntomas como fiebre alta de comienzo brusco, cefalea, dolor en el cuerpo, dolor abdominal, nauseas, vómitos o diarreas.
Leptospirosis
A la fecha se detectaron 11 casos de leptospirosis en toda la provincia. A la población que haya estado inundada, anegada o con actividades de exposición a roedores o agua contaminada, se recomienda:
– Consultar en forma precoz al médico frente a la aparición brusca de fiebre alta, dolor intenso de cabeza y detrás de los ojos, dolores musculares o de articulaciones, náuseas, vómitos.
– Consultar con urgencia si al cuadro se agrega la dificultad para respirar.
– Seguir las indicaciones médicas y no automedicarse.
– Evitar el contacto con agua estancada; utilizar medidas de protección adecuadas cuando se trabaja en zonas de riesgo (botas y guantes); y mantener patios y jardines limpios.
– Desmalezar terrenos baldíos y tapar los orificios del hogar por donde puedan ingresar los roedores.
– Eliminar basura y escombros para que no se transformen en refugio de roedores y colocar la basura en recipientes con tapas ajustadas.