Al tomar y partir una tortilla, dispuesta a preparse el almuerzo, Lucy, una mujer de la ciudad de Margate, Kent, vio cómo unos ojos la miraban. Unió las dos mitades, para descubrir estupefacta, el rostro de Cristo
“Noté que sus dos ojos me miraban y decidí instintivamente volver a unir las dos partes. En la mitad inferior, una barba completa. Lo compartí con mis amigos y todos afirmaron que era Jesus”, dijo Lucy, quien, finalmente, no se atrevió a comer la tortilla.