Lo que parecía una idea loca, una de esas tantas que suelen quedar flotando en la nada durante un almuerzo entre compañeras de trabajo se convirtió en una propuesta poderosa que está dando que hablar. O mejor dicho, de tejer y bordar, a crochet y a dos agujas.
Así nació Tejiendo Feminismos, el proyecto que unió a Victoria Zapata (estudiante de Ciencias Políticas y Trabajo Social, de 33 años), su prima Daniela Zapata (de la misma edad, trabajadora social y con experiencia en temáticas de género) y a María del Mar Gelabert (economista, de 39).
La iniciativa colectiva tiene un objetivo muy concreto: tejer la bandera más grande y sorora del planeta y mostrarla en el próximo 34º Encuentro Nacional de Mujeres que tendrá lugar en octubre, en La Plata.
¿Cómo? Juntando los cuadrados de lana de veinte por veinte centímetros, tejidos, bordados o pintados por todes, en color verde (“verde campaña”, en directa alusión al apoyo por el derecho al aborto legal seguro y gratuito). Cada uno de los retazos lleva una consigna o postulado de lucha o el nombre de alguna de las víctimas de femicidios, recopilados a partir del trabajo de diferentes organizaciones y de una búsqueda minuciosa en los medios, con la intención de recordar que detrás de cada número hay una historia y más de una víctima.
CONSIGNAS AL CUADRADO. #No es No. #Yo sí te creo. # Será Ley.# Ni una menos, vivas nos queremos, resaltan en blanco entre los nombres de Wanda Taddei, Maria Cash, Carolina Aló, Lucía Pérez, Erica Soriano o Nadia Ferraresi. Concentradas, en silencio, charlando en ronda, con mate en mano, las manos se mueven con decisión.
Las que ya saben tejer, enseñan; las que no, aprenden. La idea es resignificar el tejido, un recurso ancestral de las mujeres, en clave feminista: como una herramienta de transformación y empoderamiento.
Algo así como decir: “Ya que siempre nos mandaron a tejer, vamos a hacerlo para dejar un mensaje poderoso“, comparte Victoria Zapata para quien el feminismo es una filosofía de vida, una forma de encarar la realidad repensándose y cuestionándose constantemente.
Tejiendo Feminismos es también un espacio de encuentro, de empatía y solidaridad. Y una herramienta sanadora. Para Ada, en tratamiento oncológico desde hace unos meses, el volver a reencontrarse con el tejido le permitió enfocarse en un propósito mayor y dejar de pensar en su enfermedad. Para Natalia, poder bordar letra a letra el nombre de su amiga, fue aliviador, otra manera de continuar el duelo.
ABANDERADAS. Desde el primer llamado a la acción vía Instagram, hace no mucho más que un mes (aquella charla fue el pasado 17 de enero) la convocatoria fue un desborde. Enseguida se sumaron mujeres y hombres de distintas provincias argentinas y ya se ven agujas tejiendo en Chile y Colombia.
El primer encuentro Tejeril Femininja fue en Parque Rivadavia y ahí nomás se replicó en Rosario, Neuquén y Mar del Plata; y allá estarán en Plaza del Congreso para el #8 M (a las 14 se juntan en la Plaza Primero de Mayo), el 9 de marzo concentran lana en Berazategui y el 16 en Tigre .
Mientras tanto, piensan y repiensan una logística para centralizar los cuadrados de lana sin gastar tanto (si por las redes se enteran que, por ejemplo, alguien de Mendoza, viaja a Buenos Aires, le piden que traiga el trabajo de sus compañeras, y así) y esperan inversores para hacer más práctico el traslado y seguir ampliando el círculo que no para de crecer al pulso de las agujas.