En el último trimestre el campo repuntó, pero aún así la actividad se contrajo 6,2 por ciento.
De acuerdo a los datos del Indec dados a conocer ayer, entre octubre y diciembre el producto se redujo un 1,2% respecto al lapso comprendido entre julio y septiembre. De los componentes, el mayor descenso lo registró la inversión con un 25% menos, lo que la llevó a finalizar el año pasado con un derrumbe del 5,8%. Respecto al PBI, se redujo de 15% a 14,4%.
“Todo parece indicar que la caída de la actividad continuará en el primer trimestre del 2019 (a un ritmo cercano al 1% desestacionalizado) debido a que las tasas de interés se mantienen en niveles muy elevador, la caída del salario real se mantiene, la inversión pública muestra un escaso dinamismo y las exportaciones muestran un crecimiento acotado”, advirtió la consultora ACM.
Las exportaciones no mostraron variación en 2018, lo cual para la consultora LCG “es buen dato teniendo en cuenta la sequía sufrida por el agro”. En el cuarto trimestre, se observó un alza del 10,4%, el más alto del año, y así se convirtió en la única variable que logró culminar el año en terreno positivo.
Por su parte, el consumo privado derrapó 9,5% interanual en el trimestre y 2,4% en el promedio anual, mientras que el consumo público lo hizo a un ritmo del 5,1% y 3,3%, respectivamente.
A su vez, las importaciones comenzaron a jugar a favor ya que se hundieron 26,1% entre octubre y diciembre y desde enero acumularon un retroceso del 5,1%.
En la medición por sector de la economía, el agropecuario ya inició su reactivación: subió 3,7% en el último trimestre y junto con la pesca, que ascendió un 14%, fueron los que lideraron las alzas de este período.
Sin embargo, al tomar el promedio del año la agricultura y la ganadería se desplomaron un 15,1% y encabezó la lista de los más perjudicados, por efecto de la sequía. El sector representó la mitad de lo que cayó la actividad en todo el 2018.
La industria manufacturera y el comercio profundizaron su recesión al marcar una desmejora del 11,9% y 13,5%, respectivamente. En este caso, fueron afectados por la devaluación y la suba de tasas que restringió el acceso al crédito para la producción y el consumo y acumularon desde enero una contracción del 4,8% y 4,5%.
Entre estos tres rubros explicaron la totalidad de lo que cayó la economía el año pasado.
La construcción, que en el último trimestre quedó un 9,5% abajo respecto al mismo período de 2017, logró cerrar el 2018 con una mejora del 1,2%.
La intermediación financiera también sintió el impacto y bajó 3,7% entre octubre y diciembre, pero por las altas tasas a las que creció hasta el tercer trimestre, avanzó 4% en el año.