El ministro de Producción inauguró en un almuerzo con empresarios un nuevo estilo para el año electoral. Dijo que muchos son socios de los sindicatos, avalan cualquier aumento y luego se dan vuelta y piden beneficios fiscales.
“Esto es puro piripipí”, dijo con ánimo de ser escuchado uno de los socios del Rotary Club. No parecía inocente en un ambiente en el que la mayoría peina canas y se caracteriza por la discreción y las buenas costumbres. Logró su objetivo. En el escenario hablaba Dante Sica. Lo escuchó y le respondió en un tono más alto que el habitual, que marca lo que puede ser el nuevo discurso del Gobierno hacia los empresarios en el año electoral. El ministro de Producción dijo: “Eso no es piriripipí, es pura gestión”. Y amplió: “Nosotros no hacemos gestión desde una planilla de excel, la hacemos con diálogo, en la construcción de consensos difíciles y avanzamos” Sica fue este mediodía el orador estrella del almuerzo mensual del Rotary que, como pocas veces, colmó el salón más amplio del Sheraton Maipú.
Desde el principio, el ministro inauguró un nuevo estilo. Les reprochó a los empresarios: “Muchos son socios de los sindicatos, avalan cualquier aumento salarial, lo trasladan y luego se dan vuelta y le piden beneficios fiscales al Gobierno”. Algunos leyeron ese mensaje como un dardo dirigido a Roberto Lavagna, apoyado por los gremios y que en Córdoba habla desde la Fundación Mediterránea, el think tank que aglutina a los empresarios del interior de capital nacional, fundada por Fulvio Pagani, el fallecido creador de Arcor.
Desde el comienzo, Sica dio la impresión de saber que no la tenía fácil. Bromeó que que estaba en una situación inestable por el atril que le habían colocado que a todas luces no estaba firme. Destacó que hay que terminar con la secuencia de las últimas décadas que hacen que la economía esté estancada; las constantes crisis y una moneda que perdió 13 ceros en los últimos 35 años. “No se puede generar un mercado de empleo dinámico ya que se encuentra paralizado, fragmentado y con un piso del casi 30% de desempleo informal. Por eso persiste la pobreza”, disparó.
Para Sica la calve es mejorar la competitividad de manera que se pueda crear empleo. Y en visión, para ser más competitivos hace falta una economía más abierta, estable y un acuerdo con los políticos para lograr la consistencia fiscal y monetaria.
La periodista Clara Mariño, con el rol de interrogarlo, no se guardó ninguna de las inquietudes. Le preguntó, recordando a Luis Pagani, el presidente de Arcor, cuándo iban a bajar. Pagani había dicho que este “nivel de tasas de interés nos está matando”.
“Este es un año particular de incertidumbre política, la tasa alta tiene que servir hasta estabilizar la macroeconomía, si no fuera año político probablemente los tiempos podrían ser menores”, señaló Sica.
Acerca de las paritarias, Sica aventuró que no habrá negociaciones conflictivas. “Hay una percepción por parte de los trabajadores y los mismos sindicatos que estamos saliendo de una crisis importante, no veo una inestabilidad tan alta que justifique negociaciones trimestrales, se puede tranquilamente cerrar una negociación anual con revisión semestral”.
¿Por qué seguimos perdiendo la batalla contra la inflación?, se insistió ante Sica. Respondió: “El promedio de inflación anual de los últimos 50 años es de 60 a 70%, y la economía cerrada generó un proceso de inflación continuo. Para lograr bajar la inflación hay que tener una consistencia macroeconómica que es un trabajo de todos los días, en el que debe comprometerse la clase política”.