Mientras la inflación fue 47,6%, los salarios aumentaron 29,7% según publicó el Indec. Según estimaciones privadas, se trata de la caída más alta del salario desde 2002.
Los sueldos de los trabajadores en 2018 descontando la inflación tuvieron una pérdida de 12,1%. Mientras los precios aumentaron un 47,6%, los salarios lo hicieron 29,7% de acuerdo a los datos del INDEC. Aunque no hay estadísticas oficiales por la crisis del INDEC se estima que es la caída anual más alta desde 2002, según las consultoras Ecolatina y LCG.
La mayor retracción entre enero y diciembre del año pasado alcanzó a los ingresos del empleo no registrado: 13,8 %. Entre los empleados públicos la baja salarial fue 11,7% y los del sector privado de 11,6%. Estos datos son coincidentes con los del Ministerio de la Producción y Trabajo de los asalariados privados quienes tuvieron un alza interanual de 34% frente a una inflación de 47,6%.
Estas pérdidas comprenden a casi 10 millones de trabajadores en relación de dependencia públicos y privados registrados y otros 3 millones de asalariados informales o “en negro”.
En la medición del INDEC, los que están registrados en el sector privado representan poco más de la mitad de los trabajadores, el sector público casi el 30% y los privados no registrados casi el 20%.
Si a los ingresos de los trabajadores informales se descuentan la inflación de la canasta de pobreza de ese período -que fue del 52,9%-, la pérdida de ingresos sube al 15,2 %.
Guido Lorenzo, de la consultora LCG, le dijo a Clarín que es “una caída salarial mas pronunciada y prolongada que la de 2016, con un salario un 15% inferior al de octubre de 2015. Y si bien no hay estadísticas “confiables” de años anteriores, “sería la mayor baja salarial desde 2002”.
De estos datos se desprende un mayor incremento de los niveles de pobreza entre los que tienen empleo porque muchos de los ingresos de los trabajadores, informales y formales, se encuentran en el límite del valor de la canasta de pobreza, al tiempo que disminuyó la ocupación formal. El Ministerio de Producción y Trabajo informó que en 2018 cayó en 130.800 personas la ocupación laboral en relación de dependencia del sector privado. De aquí se desprende que hacia fin de año habría aumentado la tasa de desocupación.
A su vez, los asalariados “en negro” ganan hasta 50% menos que el resto de los trabajadores y en proporción, están siendo más castigados por la suba de los precios y también por la merma de la ocupación laboral. Todo esto, unido a la baja real de las jubilaciones y demás prestaciones de la Seguridad Social explican la caída del consumo.
Lorenzo Sigaut Gravina, de Ecolatina, explicó que la baja salarial del año pasado respondió a que “con el brote inflacionario de comienzo de año, por los aumentos de tarifas e inestabilidad cambiaria, las negociaciones paritarias se cerraron originalmente en torno al 20%, en línea con la voluntad del Ejecutivo. Y que al momento de otorgarse nuevos aumentos en función de una mayor suba de precios, tuvo lugar el salto cambiario de fines de agosto, que se tradujo en una aceleración de la inflación que sepultó el poder adquisitivo de los trabajadores”. El economista agregó que “las recomposiciones que llegaron en los últimos meses no fueron suficientes para torcer el rumbo en un contexto de inflación elevada. De hecho, en el último trimestre el salario del sector registrado –quienes lograron una mejora salarial vía paritarias- creció 8,5% contra un alza de 11,5% del nivel de precios”.