El día en que Argentina tenía que vivir una fiesta por la vuelta de Lionel Messi a la Selección, tras el mal paso por el Mundial, se sufrió un cachetazo inesperado, pero a juzgar por el trámite del juego absolutamente merecido: derrota 3-1 ante Venezuela, en Madrid, en el primero de los dos amistosos pautados para esta fecha FIFA.
Cuando todavía estaban empezando a hacer pie en la cancha la Vinotinto llegó a fondo y no perdonó. Salomón Rondón, el único punta definido del equipo Dudamel, sacó provecho de un pésimo cierre de Gabriel Mercado, tras un pelotazo bombeado, y fusiló a Armani.
La respuesta de la defensa en la jugada del gol fue una muestra de lo que sería un primer tiempo terrorífico. La línea de tres inicial pasó a ser de cuatro sobre el cuarto de hora -con Martínez Quarta de 4 Lisandro Martínez de 3, pero Venezuela siguió golpeando cada vez que se lo propuso y pudo haber marcado hasta cuatro goles antes del descanso.
Fueron dos porque Armani le sacó un mano a mano a Darwin Machís y porque Rondón cabeceó apenas afuera desde una posición inmejorable.
Argentina tuvo una leve mejoraría promediando esa etapa porque la pelota pasó un poco más por Messi y el astro generó casi de la nada dos chances de gol que Lautaro Martínez no pudo terminar de aprovechar.
Justo antes del descanso llegó el segundo tras otro quedo insólito. Los venezolanos jugaron rápido a la salida de un tiro libre y Jhon Murillo aprovechó con un remate inapelable al segundo palo.
Para el entretiempo Scaloni metió tres cambios de entrada: Walter Kannemann, Domingo Blanco y Matías Suárez ingresaron por Mercado, Lisandro Martínez y Gonzalo Martínez, los tres de muy floja producción.
Argentina empujó desde el arranque, pero sin claridad hasta los 13 cuando combinaron a pura velocidad Messi y Lo Celso hasta la aparición goleadora de Lautaro Martínez.
Al rato, para tratar poner algo de aire fresco en ataque, fue a la cancha Darío Benedetto en reemplazo del goleador argentino.
Al ratito, como para completar una noche negra, Juan Foyth le hizo un penal burdo a Josef Martínez, que el propio delantero cambió por gol. Iban 30 minutos.
El rato que quedó fue de pura impotencia. La pelota casi no pasó por Messi, siempre el único capaz de algo distinto, y Venezuela se dedicó a cuidar la ventaja de un resultado histórico: nunca antes le había hecho tres a Argentina. El martes contra Marruecos habrá que ver si se puede dejar una mejor imagen, aunque es difícil jugar peor que hoy, y contar otra historia.