Quienes viven en calle ExCombatientes de Malvinas al 6400 no pueden más, aseguran que el olor nauseabundo que se respira los descompone y está impregnado en las paredes de sus casas.
En el norte de la ciudad está el tradicional barrio Santa Marta, junto con el barrio existe una fábrica que se dedica a tratar los desperdicios que llegan de carnicerías e industrias de la carne. Éste es el problema principal, no es una industria para estar enclavada en medio de un barrio porque genera olor a permanente “quema de cubiertas”.
“Se respira olor a personas fallecidas“, se queja un grupo de vecinos de Santa Marta, los olores nauseabundos se suman al hollín que genera la caldera que se prende cada vez que la fábrica empieza sus turnos laborales. “La caldera que tienen arroja humo negro ensuciando y penetrando el olor en la ropa, se mete a la casa. Ya no se aguanta más”, aseguran los vecinos que ya no aguantan vivir así.
El relato se repite al recorrer las manzanas de Santa Marta, “es olor a osamenta”, dicen algunos, “olor a podrido que no se puede sacar ni echando perfume”, aseguran otros. Todos coinciden: “Lo tenemos en el estómago, es un asco las 24 horas. Parece que tenemos un ser humano fallecido en la casa”.
Los roedores también se suman a la contaminación sanitaria que existe en el barrio, “parecen gatos”, aseguran quienes viven allí. “La empresa espera a todos los proveedores que llevan la grasa y acumulan toneladas para empezar a quemar, generando olor a podrido”, sostienen.
Reclamos sin respuesta
“Hemos reclamado, registrado firmas para la llevar a municipalidad pero quedó en la nada”, se resignan los vecinos. El artilugio de la empresa “Ursela” es cambiar los turnos de trabajo, “vamos durante el día para que vengan los inspectores pero ellos trabajan de noche y cambian de horarios los turnos”, así nunca hay se puede constatar el olor nauseabundo.
“Nadie hace nada por uno, reclamamos porque hay criaturas, gente grande y familias. Fuimos a la Municipalidad pero la chica del segundo piso se nos ríe en la cara ‘a que vienen a reclamar’ nos tratan de ‘viejas histéricas'”.
“La fábrica tendría que irse bien lejos, es insalubre vivir en Santa Marta”, cerraron.