La Agencia de Exploración Espacial de Japón (JAXA) se alió con la fabricante de automóviles japonesa Toyota para crear vehículos autónomos de exploración lunar, que emplea tecnologías de celdas de combustible.
Su primer prototipo será presentado este mismo mes en un simposio conjunto al que asistirán Shigeki Terashi, vicepresidente ejecutivo de la compañía automovilística, y Koichi Wakata, vicepresidente de la JAXA y astronauta que estuvo al frente de la Estación Espacial Internacional (EEI) en 2014.
“Los rovers tripulados son un elemento que jugará un papel importante en la exploración y el uso humano de la superficie lunar. Nos gustaría concentrar las capacidades tecnológicas de nuestro país y realizar estudios tecnológicos de la mano de Toyota” señaló en conferencia de prensa, el presidente de JAXA, Hiroshi Yamakawa.
La JAXA planea enviar este vehículo a la Luna como parte de su programa espacial en torno al satélite natural de la Tierra, donde tiene el objetivo de establecer colonias para 2030.
La exploración espacial internacional, que apunta a lograr una prosperidad sostenible para toda la humanidad al expandir el dominio de la actividad humana y dar origen a propiedades intelectuales, tiene la mira puesta en la Luna y Marte.
La colaboración se anunció después de que la JAXA logró aterrizar exitosamente la sonda Hayabusa2 en un asteroide remoto en una misión destinada a investigar los orígenes de la vida.
El aterrizaje en el asteroide Ryugu consolidó un avance en la carrera astronómica mundial gracias a dos pequeños vehículos móviles que lograron posarse sobre la superficie del asteroide, siendo esta la primera vez que se consigue algo así en la historia.
La movilidad lunar se considera necesaria para las actividades de exploración humana en la superficie de los cuerpos celestes. Incluso con la cantidad limitada de energía que se puede transportar a la Luna, el modelo tendría un rango de crucero total de la superficie lunar de más de 10,000 km.
Esta alianza estaría englobada en la estrategia de expansión de negocio de Toyota, que busca hacerse espacio en el desarrollo de los vehículos de vanguardia, incluidos aquellos con sistema de conducción autónoma.