Muchos son los misterios que envuelven la vida y la obra de Leonardo Da Vinci y, sin lugar a dudas, la historia detrás de La Gioconda o La Mona Lisa es una de las más apasionantes.
Este año se cumplen 500 años de la muerte de Leonardo y habrá homenajes, muestras y retrospectivas en todo el planeta, y por supuesto el parisino Museo del Louvre no se quedará afuera.
A fin de año, allí, se podrá apreciar La Monna Vanna, un dibujo al carbón de una mujer desnuda, una versión desnuda de la Mona Lisa realizada en el propio estudio del artista. Hace hace poco se creía que la obra le pertenecía a algunos de sus estudiantes, pero eruditos del Louvre descubrieron la mano de Leonardo en la obra.
El Retrato de Lisa Gherardini, esposa de Francesco del Giocondo, fue una obra en la que Leonardo trabajó obsesivamente durante años y se mantuvo con él hasta su muerte en 1519. Adquirida por el rey Francisco I de Francia a comienzos del siglo XVI, por ende propiedad del Estado Francés, es una de las joyas del Louvre.
La Monna Vanna (que se traduce como “mujer vana”) es una parodia brusca que preserva la interpretación astuta de Leonardo de su obra maestra y que había permanecido desde 1862 en la amplia colección de arte renacentista del Museo Condé, en el palacio de Chantilly, al norte de la capital francesa.
Los conservadores del museo creen, tras meses de exámenes en el Louvre, que “el dibujo es al menos en parte” obra de Leonardo.
“El dibujo es de calidad, por la forma en que se han efectuado el rostro y las manos, que es verdaderamente notable. No es una copia insulsa. Estamos viendo algo que fue realizado en paralelo a la Mona Lisa, al final de la vida de Leonardo. Es casi seguro que se trata de un trabajo preparatorio para una pintura al óleo”, explicó el conservador Mathieu Deldicque a la AFP.
Sin embargo, los expertos no logran ponerse de acuerdo sobre si la persona retratada es realmente Lisa Gherardini. Algunos especulan que en realidad sería Gian Giacomo Caprotti da Oreno, conocido como Salai, quien fue su aprendiz durante su estadía en Milán, luego de haber dejado Florencia.
Giorgio Vasari, biógrafo de da Vinci, escribió en 1550: “Tomó por su asistente el Salai milanés, que era muy amable en gracia y belleza, con mechones finos y rizos en rizos, en los que Leonard se deleitaba mucho”. Entonces, la “Mona Lisa desnuda” podría ser, por cuestiones fisonómica, el retrato de este joven pintor que murió en una pelea, en 1524.
Si bien durante años se dudó de la autenticidad de La monna vanna, se llegó a la conclusión que fue realizado en el estudio del artista y, por lo menos, una parte de él fue trazado por el propio Leonardo. Más allá de las eternas dudas que genera el artista renacentista, lo que sí es seguro es que a 500 años de su muerte, la riqueza y complejidad de su obra sigue despertando debates y admiración.