La International Board determinó que ya no se cobrará ningún gol anotado con ayuda de la mano de quien convierte o crea la chance. ¡Y se estudia quitar el rebote en los penales!
El fútbol, como todo, tiene que cambiar. Eso más allá de que en general el espíritu conservador predomina en el deporte más popular, mientras en otras disciplinas las modificaciones son más frecuentes. Esta vez, la International Board decidió meter mano en el reglamento e introdujo algunas variantes que pueden afectar a más de un alma sensible. Se aplicarán desde el 1° de junio. Otras continuarán experimentándose.
Los penales
La más importante de las nuevas modificaciones pasa por los tiros desde los doce pasos, en los que ya no se podrá aprovechar el rebote ni en el arquero ni en el palo. Si eso ocurre, el juego seguirá con un saque de arco.
Así, sería imposible un tanto como el que Juan Román Riquelme le convirtió en 2001 a River, en aquel 3-0 gozado por Boca con el 10 en versión Topo Gigio, festejo dedicado a Mauricio Macri, entonces presidente del club.
Eso sí, esta norma estará en fase experimental (se aplicaría en competencias menores, que la soliciten) y se revisará en una próxima reunión. Los árbitros argentinos, sobre este tema, hoy son cautos.
Otro cambio en los penales: el arquero sólo deberá tener apoyado un pie sobre la línea del arco.
No más goles con la mano
“Un gol anotado directamente desde la mano / brazo (incluso si es accidental) y un jugador que anota o crea una oportunidad de anotar un gol después de haber ganado la posesión / control del balón de su mano / brazo (incluso si es accidental) ya no será permitido”, dice el textual de la IFAB.
No importará más si hay intención del goleador o de quien genera la situación. Se anulará el gol . Carlos Coradina, ex coordinador técnico del Colegio de Arbitros de AFA y formador de referís, le afirmó a Clarín: “El cambio es muy positivo. Antes teníamos que discernir cuándo la mano era deliberada o no. Y sobre todo, evita discusiones”.
El 18 de marzo de 2007, en el Clausura, Ariel Ortega le convirtió a Quilmes en la última jugada el 1-0 y el juez Daniel Giménez lo convalidó aunque le había pegado con el brazo.
El Burrito confesó que lo había estirado en un gesto instintivo cuando intentaba cabecear. Aquel movimiento fue antinatural, pero la sanción del gol se justificó porque no había intención de tocarla con la mano. Ahora ya no habrá espacio para la interpretación del árbitro. Se le quitará un problema, en definitiva.
Los saques de arco
Una vez que el arquero le pegue a la pelota desde su área chica, ya estará en juego y no será necesario esperar a que salga del área grande. “Cambia la regla totalmente”, explicó Coradina, que además remarcó: “Habrá que explicarlo bien a todos los protagonistas. Los entrenadores tendrán que preparar muy bien a sus dirigidos como lo hacían Osvaldo Zubeldía, Carlos Timoteo Griguol y Carlos Salvador Bilardo, por nombrar a algunos que practicaban la docencia con sus jugadores”.
Las salidas en los cambios
El árbitro podrá hacer salir por cualquier sector del campo por cualquier sector del campo al futbolista que sea reemplazado, en lugar de que tenga que hacerlo por la mitad del terreno de juego. Así, se evitarán las habituales avivadas en las que un jugador que busca demorar se ubica en el sector más lejano.
“Es una formalidad para agilizar la continuidad del juego. Esta bien que sea así, pero en Argentina debemos tener especial cuidado en fijarnos por dónde sale el jugador. Si es conveniente que lo haga por determinado lugar y que no quede expuesto a alguna agresión por parte de los hinchas”, precisó Coradina.
Tarjetas para los técnicos
A los entrenadores ahora se les podrá sacar las cartulinas amarilla y roja ante actitudes antideportivas. Para Coradina, “es una formalidad” y “un agregado que esta más de acuerdo con lo que dice en la conformación de las planillas de cada partido, en las que los entrenadores figuran como responsables de sus equipos”.
Barreras protegidas
Los jugadores que en un tiro libre se ubiquen entre la pelota y el arco no podrán ser molestados por los rivales, que tendrán que ubicarse a al menos un metro de distancia. La idea es evitar los manoseos que muchas veces derivan en acciones bruscas y son difíciles de advertir para los árbitros en el amontonamiento.
El rebote en el árbitro
En el inusual caso de que la pelota rebote en el referí, ahora estará facultado para dar un bote a tierra si lo considera pertinente. Coradina lo consideró como “un cambio para agilizar también la continuidad del juego y ganar más minutos efectivos sobre los 50 ó 60 minutos promedio que hay por partido”.