Gala de Honor
El lunes por la noche, Mirtha fue una de las invitadas a la Gala de Honor que el presidente Mauricio Macri y la primera dama Juliana Awada organizaron en el Centro Cultural Kirchner para agasajar, con pompa y protocolo, a los máximos representantes de la realeza española. “Primero se llevó a cabo un cóctel en la Ballena Azul donde había más de 400 personas. Estaba medio Buenos Aires, me encontré con muchos conocidos. Había gente del Gobierno y otros que no pertenecían a Cambiemos”, dice la dueña de los almuerzos en televisión.
Tal como indica la normativa, en la cena, los invitados no debían acercarse a los visitantes ilustres que compartían la mesa con el presidente Macri y su esposa. “Nadie se levantó a saludarlos porque el protocolo lo impedía. El único que lo hizo fue Mario Vargas Llosa, que estaba sentado a mi lado, porque tenía que irse antes, dado que viajaba a Córdoba para asistir al Congreso de la Lengua. Vagas Llosa conoce mucho a los reyes, son muy amigos. Lo mismo que Ricardito Darín, quien le dio dos besos a la reina, como se acostumbra en España”. Las mesas, de estricto blanco y coronadas con flores de igual tono, se distribuyeron bajo el exquisito marco del edificio del ex Correo Central. La cercanía con los reyes marcaba la importancia de cada invitado.
Además del escritor nacido en Arequipa, Legrand compartió la mesa con el Ministro de Defensa Oscar Aguad; Gustavo Santos, Secretario de Gobierno de Turismo; y su asesor de vestuario y amigo personal Héctor Vidal Rivas, entre otras personalidades. Un espectáculo de tango, a cargo de una pareja de jóvenes bailarines que interpretó La Cumparsita, amenizó la velada. “Me iba a acercar a los reyes para saludarlos porque cuando vino Barack Obama me acerqué a darle un beso, pero, esta vez, nadie se movió de su lugar”, explica la estrella de El Trece, quien aprovechó la noche para conversar fluidamente con el autor de Pantaleón y las visitadoras: “Fue encantador. ¡Hablamos de tantas cosas! Le pregunté donde se hablaba el mejor español y me dijo que en Colombia y en México se habla el idioma más puro”.
Cóctel VIP
En el atardecer de este martes, Mirtha tuvo la oportunidad de acercarse a los reyes en el cóctel que se ofreció en La Mansión del Hotel Four Seasons de Recoleta. La diva, que asistió acompañada por su hija Marcela Tinayre, llegó media hora antes de lo estipulado. “Los reyes no estuvieron muy puntuales, llegaron siete menos cuarto y la cita era 18.30. Lo único criticable es que todos debíamos permanecer de pie. Así que, ni bien llegué, pedí un asiento. Nos trajeron unos silloncitos, donde también se ubicó María Kodama y, luego, Susana Giménez. Las mujeres, todas con taco alto, se quejaban por estar de pie tanto tiempo, pero, como se trataba de un cóctel, había que permanecer así”.
El itinerario por los exclusivos salones del Palacio Alzaga Unzué incluyó una previa general y un acceso más restringido. “Primero llegamos a un salón donde había muchísima gente. Estuvimos allí un rato hasta que se nos acercó una persona de protocolo de España y nos hizo pasar a otro salón donde estaban Ricardo Darín, Susana Giménez, Valeria Mazza, empresarios, y políticos. Ahí transcurrió otro rato hasta que nos anunciaron que pasaríamos al espacio donde se encontraban los reyes. Nos indicaron que debíamos saludarlos y seguir caminando, sin detenernos a conversar con ellos. En ese salón estaban los reyes, el presidente Mauricio Macri y la primera dama Juliana Awada. Cuando lo voy a saludar al rey, Mauricio Macri le dice: ´Esta es la famosa Mirtha Legrand´. El rey se sonrió y yo seguí caminando para saludar a la reina. Cuando estuve frente a ella le dije: ´¿Cómo está, señora?´, porque no hay que decirles majestad. Me respondió muy cortésmente, y hasta le pude decir ´Yo soy Mirtha Legrand´. Ella asintió rápidamente. Me paré a su lado, la tomé del brazo y pedí que nos sacaran una foto. Pero, inmediatamente, había que seguir caminando como indica el protocolo, porque venía mucha gente detrás para saludarlos”. Genio y figura. Legrand en estado puro.
Luego de permanecer algunos minutos en ese espacio con ventanales hacia la calle Cerrito, la diva recibió un llamado especial e inesperado: “Apareció otra persona del protocolo de España y me dijo: ´Doña Rosa, la reina la va a saludar´. Este señor me tomó de la mano y me acercó a Letizia que estaba rodeada de gente. Todos querían saludarla a ella más que al rey. Se dio vuelta y le dije: ´¿Cómo está, señora? Disculpe todo el lío que se ha armado´. Y ella me dijo: ´No, no, está todo bien´”.
-¿Cómo la percibió a la reina?
-Es muy simpática. Hasta me atreví a decirle si le podía dar un beso y aceptó con buen grado: “Sí, encantada”, me dijo. Nos dimos un beso y la saludé con un “hasta pronto”. Cuando me estaba yendo me dijo: “Adiós, señora, adiós”. Así fue. Muy simpático todo. Los españoles me decían Doña Rosa porque se manejaban con el nombre de mi documento.
Siguiendo el estricto protocolo, la invitación de la estrella estaba dirigida a Rosa María Martínez Suárez, tal su nombre real. Entre paréntesis figuraba la marca registrada del espectáculo argentino: Mirtha Legrand.
-Se dijo que, debido a sus anteriores tareas periodísticas, Letizia la conocía y pidió, especialmente, su presencia en ambas reuniones de honor. ¿Es cierto?
-No sé si es verdad eso. Parece que todo nació a partir de un WhatsApp que habría enviado quien era corresponsal del diario La Vanguardia en Buenos Aires, donde decía que la reina me quería conocer. Pero lo pongo en duda. No sé si es así. A mí me parece mentira que me quisiera conocer. En España hay un ciclo de mujeres que emite fragmentos de mi programa y donde se hacen comentarios muy ácidos, incluso hablan sobre las cirugías estéticas de los famosos. Quizás de allí me conozca. No lo sé.
-¿Qué impresión se lleva del rey?
-Es muy buenmozo. Espléndido. Y muy alto. Luce mejor personalmente.
-En muchas ocasiones se ha criticado la delgadez de la reina. ¿Cómo la vio?
-Es muy delgadita, pero muy mona. Tiene una piel preciosa. Estaba muy bien peinada y maquillada. Una mujer muy cuidada y extremadamente agradable.
Tanto para la cena de gala en el CCK como para el cóctel realizado en La Mansión del Four Seasons, Mirtha eligió vestidos diseñados por Iara. “Se pedía que las mujeres fuesen de corto y no de largo. Como dudé, la llamé a Juliana para que me lo confirme. Según me dijo la primera dama, fue un pedido de la reina”, explica la diva a quien le pidieron tantas selfies como si se tratase de la propia majestad. “En el cóctel, me vino a saludar Daniel Filmus. Le pregunté si era Filmus porque ahora todos los hombres tienen barba y no se los reconoce fácilmente. El rey también se dejó la barba. Con Filmus nos saludamos con mucho cariño. Desde la época en la que era ministro de Educación que no nos veíamos. Le tengo mucho afecto y el a mí, también. Así que había hasta un kirchnerista en la reunión”.
-¿Hubo algo que le llamó especialmente la atención de los reyes?
-Me parece que la reina se operó la nariz. Tenía unos tacones altísimos y algunos la criticaron porque llevaba los hombros descubiertos, pero todo ha evolucionado. Antes las reinas iban tapadas, ahora no. Ha cambiado la realeza. Y el trato hacia ellos, también. Hace muchos años, cuando vino el rey Juan Carlos, recuerdo que lo saludé, en el Plaza Hotel, con una pequeña reverencia. Ahora eso no se hace más. La realeza se ha popularizado. Felipe y Letizia se han brindado mucho.
-¿Pudo intercambiar palabras con el presidente Macri?
-No, no pude hablar con él. Solo saludarlo. Y de Juliana Awada debo decir que es una gran dama. Tiene mucha prestancia, siempre estuvo con una sonrisa en la cara, y, desde ya, es muy elegante.