Las mujeres se ven más afectadas que los hombres, según indica la investigación llevada a cabo por el Instituto Alemán de Investigación Económica y las universidades del Oeste de Virginia y Warwick
La mala calidad del sueño y el sueño insuficiente son muy frecuentes durante el embarazo y después del parto. Debido a esto, investigadores de la Universidad de Warwick, el Instituto Alemán de Investigación Económica y la Universidad del Oeste de Virginia realizaron un estudio que revela cómo afecta la llegada de un hijo en el sueño de los padres.
De acuerdo a la investigación publicada en la revista Sleep, en la que se examinaron los cambios en la satisfacción del sueño de las madres y los padres, así como la duración del sueño durante el embarazo y el post parto, tanto la satisfacción como la duración disminuyen considerablemente con el parto, encontrando su punto más bajo los primeros tres meses del bebé.
Este período no solo se relaciona al pico del llanto infantil y la lactancia frecuente, sino también a otras posibles causas, como el dolor físico después del parto y la angustia relacionada con las demandas de un nuevo rol.
Además, aseguran que son las madres quienes se ven más afectadas que los padres. En ese sentido, precisa que las mujeres pierden alrededor de una hora de sueño por noche, mientras que los hombres solo perderán 15 minutos. La lactancia materna es un factor que influirá en un aumento del tiempo perdido de sueño.
“Esto puede asociarse con la observación de que las madres, incluidas las trabajadoras, aún tienen más responsabilidades en el hogar y la crianza de los hijos y pasan más tiempo en estas tareas en comparación con los padres en la mayoría de los países”, describen los investigadores.
Y agregan: “Es posible que una distribución desigual de la carga de la lactancia infantil durante la noche que favorece a los padres se refleje en una disminución menos pronunciada de la satisfacción y la duración del sueño en los padres que en las madres después del parto”.
También, demuestran que las madres primerizas se ven más afectadas que las que ya tienen experiencia en cuanto a la satisfacción con el sueño, no así en cuanto a la duración, que se ve afectada en todos los casos.
La conclusión del estudio es contundente: tanto en mujeres como en hombres, la satisfacción y la duración del sueño no se recuperaron completamente hasta 6 años después del nacimiento de su primer hijo.