El sacerdote Marcelino Moya fue condenado el viernes a 17 años de prisión por “corrupción agravada de menores y abuso sexual simple agravado” por hechos ocurridos en Villaguay entre 1992 y 1997 pero seguirá en libertad hasta que quede firme la sentencia del Tribunal de Juicio y Apelaciones de la ciudad entrerriana de Concepción del Uruguay.
Tras conocerse el fallo, Pablo Huck, uno de los denunciantes y víctima del Moya, dijo a periodistas dentro del Tribunal que fue “un mensaje de la Justicia de que si estos delitos se denuncian, habrá condena. Se demostró que Moya es culpable y que todo Villaguay fue víctima de él”.
Durante el juicio, Huck, de 40 años, expresó que fue abusado al menos dos veces por semana y durante casi dos años en la habitación de Moya, en el primer piso de la parroquia de Villaguay, y cuando lo acompañaba en viajes para realizar tareas religiosas.
El juicio oral pero no público comenzó el jueves 21 de marzo y durante dos audiencias declararon las dos víctimas denunciantes y 17 testigos. Los jueces darán a conocer sus fundamentos el próximo lunes 15 de abril a las 8.30 horas.Moya fue denunciado a finales de junio de 2015 por las dos víctimas, que contaron los abusos sexuales que había cometido el sacerdote cuando ellos tenían entre 12 y 15 años y eran monaguillos.
El religioso se desempeñó en esos años en la parroquia Santa Rosa de Lima de Villaguay, pero también fue profesor en el colegio La Inmaculada, capellán en una unidad del Ejército y conducía un programa de radio.La Iglesia apartó a Moya de su función y abrió una investigación eclesiástica a cargo del sacerdote abogado Silvio Fariña Vaccarezza, el mismo que investigó a Justo José Ilarraz, condenado a 25 años de prisión por abusar de menores.