Una investigación realizada en la Universidad de Corea del Sur, determinó que una nueva mutación del virus de la influenza A puede afectar a mujeres y hombres. Todas las conclusiones del preocupante estudio.
Los resultados de una investigación realizada durante una década llevaron preocupación a la comunidad médica internacional. Es que una nueva mutación del virus de la influenza A puede transmitirse de perros y gatos a los humanos, según demostró un estudio realizado durante 10 años por Dae-sub Song, profesor de la Universidad de Corea.
Antes del reciente descubrimiento, se había detectado que los caninos pueden ser huéspedes del subtipo H3N2, conocido en este caso como “el virus de la influenza canina”. Durante la pandemia de la gripe porcina, la cepa H1N1 también afectaba a los perros. Según Song, los dos subtipos pueden interactuar, produciendo una nueva variación, llamada ‘CIVmv’.
El estudio reveló que los perros huéspedes de la CIVmv pueden infectar a los hurones (que se utilizaron en los experimentos), cuyos mecanismos de protección anti virus son semejantes a los de los humanos: por consiguiente, se puede suponer, que el virus amenaza también a nuestra especie.
La dificultad de una vacuna
El peligro radica en la falta de inmunidad contra la nueva cepa, explica Song. A pesar de intentar elaborar una vacuna, la tarea se dificulta por la intensidad de la mutación de la CIVmv.
Mientras tanto, se ha demostrado ya la alta capacidad de contagio del virus. En un caso, investigado por el científico coreano, se transmitió a los gatos de un albergue, donde el 100% de los animales se infectaron y 40% murió.
La CIVmv puede convertirse en un virus endémico entre las mascotas más cercanas a los humanos, advierte Song. La otra amenaza radica en su capacidad de evolucionar. “Las CIV preexistentes pueden recombinarse o reagruparse con los virus de la gripe humana y dar lugar a nuevos virus que, a su vez, podría llevar a pandemias únicas”, dijo el investigador.
Los resultados completos de la investigación serán presentados en la conferencia anual de la Sociedad de Microbiología en Belfast (Reino Unido) el 10 de abril.
Fuente: Crónica