El FMI espera que la actividad se recupere en la Argentina en el segundo semestre del año –aunque reconoce la existencia de “riesgos considerables”- y que la inflación se ubique a fin de 2019 en 30,5%, es decir por debajo del 36% que proyectan los analistas según el último Relevamiento de Expectativas de Mercado que elabora el Banco Central.
De las estadísticas del Fondo se desprende, no obstante, que la Argentina ocupa el sexto lugar en el ranking mundial de inflación. Son tan solo 17 los países en el mundo (menos del 10% del total) los que registrarían un aumento en los índices de precios de dos dígitos. El primer lugar lo ocupa Venezuela, país que atraviesa un proceso hiperinflacionario. En segundo lugar se encuentra Sudán con 56%. A modo de referencia, descontada Venezuela, la inflación promedio de los mercados emergentes y en desarrollo se calcula en 4,9%. Dicho de otra forma, y si se cumpliera el pronóstico del Fondo, la inflación en la Argentina sería unas seis veces el promedio de los países en desarrollo.
El Fondo advierte una “recuperación precaria” en los mercados emergentes y en las economías en desarrollo y afirma que la actividad se ha moderado como consecuencia del empeoramiento de la confianza del mercado financiero global en la segunda mitad de 2018 combinada con factores específicos de cada país. En este caso es donde hace referencia explícita a la Argentina y Turquía, naciones que están haciendo “un ajuste en sus políticas económicas necesario para reducir los desequilibrios financieros y macroeconómicos”.