Miguel Ángel Gómez, el dueño de una joyería que fue hallado asesinado este jueves en su local de Mendoza y San Martín en circunstancias que se investigan, había sido víctima de un robo en 2016 y actualmente se encontraba cumpliendo una condena de ejecución condicional.
En agosto de 2017, el titular la la Joyería Nefertiti firmó un juicio abreviado, señalado como reducidor de “La banda de los palieres”. Según la investigación, vendía en su negocio el botín que se robaba en departamentos del centro rosarino.
El joyero admitió su participación en el último eslabón de las entraderas de los años 2015 y 2016, cuyo blanco eran personas mayores que permitían el ingreso a sus viviendas tras ser engañadas por ladrones que se hacían pasar por funcionarios de la Ansés.
Gómez aportaba su comercio e infraestructura para reducir las joyas robadas y hacerlas circular en el mercado bajo una apariencia de legalidad.
Ante el juez Gustavo Pérez de Urrechu Gómez reconoció su rol en la organización delictiva y fue condenado a tres años de prisión condicional por los delitos de asociación ilícita, encubrimiento agravado y receptación dolosa por el ánimo de lucro. La condena estaba actualmente vigente.
En abril de 2016, la joyería Nefertiti había sido objeto de un robo de aproximadamente 400 mil pesos, cuando un grupo de boqueteros ingresó al local por una librería lindera de la que no robaron nada luego de romper una pared de más de 30 centímetros de espesor.
El joyero fue encontrado muerto este jueves en su local de calle Mendoza y San Martín. Según indicó el fiscal Adrián Spelta, hay indicios de que se trató de un homicidio pero no en un robo.