Resfríos, gripes, bronquitis y faringitis son los cuadros más frecuentes que se presentan en esta época del año. Incorporando algunos hábitos sencillos, se puede evitar el contagio de estas patologías. Con la llegada del otoño, los cambios de clima se intensifican y con ellos, las consultas por patologías respiratorias, especialmente entre la población más vulnerable: niños menores de 5 años y adultos mayores.
Resfríos, gripes, bronquitis y faringitis son los cuadros más frecuentes y, si bien su gravedad varía según los síntomas, es muy útil identificar cada caso para saber cuándo recurrir al médico. La Dra. Valeria El Haj, explica qué características tienen estas patologías:
Resfrío: su duración es de 3 a 5 días y provoca síntomas como congestión o secreción nasal, tos, estornudos, dolor de garganta, fiebre baja, además de dolores de cabeza.
Bronquitis: puede ser una bronquitis aguda o bien una bronquitis crónica que se agudiza en la época. Presenta tos persistente con expectoración, fiebre, cansancio, decaimiento, dificultad para respirar y dolor en parrilla costal.
Faringitis: se manifiesta con dolor de garganta intenso, fiebre, dolor de cabeza, dolor muscular e inflamación ganglionar en el cuello.
Gripe: se trata de una enfermedad viral causada por el virus de la influenza tipo A (H1N1 y H3N2) y tipo B. Su duración varía entre 5 a 10 días y los síntomas son similares al resfrío pero más intensos, incluyendo fuerte dolor muscular, fatiga, fiebre mayor a 38º C y escalofríos. En los niños pueden presentarse también problemas para respirar, vómitos o diarrea, e irritabilidad o somnolencia.
La mayoría de las personas se cura por sí sola y sólo requiere tratamiento sintomático, como antitérmicos (Paracetamol o Ibuprofeno), reposo e hidratación, sin embargo, algunas deben acudir al hospital, y esto se debe a que la gripe puede causar una infección pulmonar grave: la neumonía. Por este motivo, es importante prevenir su aparición, particularmente en menores de 5 años.
“Al igual que otras infecciones respiratorias, la gripe se transmite por contacto con secreciones de personas infectadas a través de las gotitas que se diseminan al toser o estornudar, y que son capaces de viajar hasta 2 metros por el aire; y a partir del contacto con superficies u objetos contaminados al tocarnos luego la boca, la nariz o los ojos”, detalla la Dra. El Haj