La fuerte repercusión del libro Sinceramente , con el que Cristina Kirchner alimentó la expectativa de su probable candidatura presidencial, obligó a la editorial Penguin Random House a lanzar en 24 horas una tercera edición de 24.000 ejemplares, que sumada a las dos anteriores completa una tirada de 64.000.
El recorrido por la vida política de la exmandataria cuenta con 594 páginas. Allí habla sobre los temas que le tocó vivir como presidenta de la Nación, además de dar una mirada retrospectiva de los doce años del período kirchnerista y un análisis crítico de la gestión de Cambiemos.
Entre las revelaciones del libro, la expresidenta cuenta los pormenores del encuentro que tuvo con Mauricio Macri para coordinar el traspaso del gobierno, en diciembre de 2015, y cómo no lograron llegar a un acuerdo. “Todo Cambiemos quería esa foto mía entregándole el mando a Macri porque no era cualquier otro presidente. Era Cristina, era la ‘yegua’, la soberbia, la autoritaria, la populista en un acto de rendición”, explica.
Cristina sitúa el comienzo del libro, que presentará públicamente el 9 de mayo, en la víspera del viaje que realizó en marzo a Cuba para visitar a su hija. Defiende a Florencia, quien se encuentra en La Habana para seguir un tratamiento por un cuadro de estrés postraumático, en medio de los procesos judiciales.
“Ayer terminé el último capítulo de este libro y hoy, 12 de marzo de 2019, empiezo a escribir el primero”, arranca Cristina. Y continúa: “El jueves a la madrugada debo viajar a Cuba. Allí se encuentra mi hija Florencia. Flor, quien producto de la persecución mediática y judicial feroz a la que fue sometida empezó hace ya un tiempo a tener severos problemas de salud. El brutal estrés que sufrió devastó su cuerpo y sus emociones”.
Cristina Kirchner, quien el martes próximo retornará al país luego del segundo viaje que emprendió a Cuba, tras ser autorizada por la Justicia, presenta un descargo ante la llamada “persecución” que -dice- soportó “en medio de un sinfín de ataques y difamaciones como solo fueron sufridos por líderes populares en otra etapas de la vida nacional”.
Cuenta que cuando comenzó a escribir el libro ya había sido sometida a seis procesamientos penales, a partir del momento en que dejó de ser presidenta. Pero que “al momento de escribir estas palabras ya llevo 15 indagatorias: 12 pedidas por Claudio Bonadio -el juez de la servilleta-. De las cuales 10 fueron impulsadas por el fiscal Carlos Stornelli”.