Hay diferentes puntos a analizar para saber que se está hablando de aparatos voladores que no pueden ser identificados y clasificados a simple vista por el hombre.
Universalmente, la problemática del llamado “fenómeno ovni” se encuadra en esos avistamientos de aparatos voladores que no se pueden identificar a simple vista, y que al ser analizados con mayor rigor, no configuran ningún elemento conocido por el hombre.
Ya sea contruido por la tecnología creada por los mismos hombres, o por cuestiones que se conocen (Moteoros, etc.), pero que no configuran la llegada de una nave extraterrestre, desde un origen desconocido, y tripulada -o no- por seres de otros mundos.
Algo por demás relevante, de cara a buscar la verdad, en especial cuando se encara una investigación para analizar de qué se trata eso que en su sigla en inglés se conoce como Unidentified Flying Object (UFO).
El término “OVNI”
No pocas polémicas ha desatado la utilización del sustantivo ovni para denominar a lo que se refiere como una “aeronave”. Y más conflictivo aún ha sido el calificativo de “extraterrestre” que se le ha adjudicado. Pero en verdad, en la actualidad se ha generalizado tanto dicha denominación que, tácitamente, se la interpreta como tal, a pesar de su específico significado de “Objeto Volador No Identificado”.
Por eso y al analizar esta cuestión se deben especificar ciertas cuestiones, a saber: OBJETO: obviamente es algo “material”. VOLADOR: hace referencia a que “vuela”. NO IDENTIFICADO: es algo, “no conocido” o “desconocido”. Es decir, que es algo inidentificable. Y es esta la cuestión clave a analizar.
No identificado…, ¿por quién?
En cualquier caso se toma como referencia al testigo con conocimientos comunes a los de la sociedad, en cuanto a máquinas, artefactos o dispositivos voladores construidos por el hombre, a excepción de aquellos insólitos, que se hayan logrado inventar. ¿No identificable con qué? Precisamente con aquello que se conoce.
Sí se identifica a aviones, helicópteros, transbordadores, misiles, cohetes, (fuegos de artificios, turbinas y combustiones retro propulsoras), planeadores, alas delta, paracaídas, barriletes, globos, globos aerostáticos, dirigibles.
En otro orden aparecerían fenómenos como los meteoritos, o bien chatarra o artefactos espaciales terrestres que se precipitan en forma incandescente a la superficie terrestre.
¿Qué otras “razones” encuadra?
Los objetos voladores no identificados alcanzan esa definición por tres puntos a considerar:
a) El lógico razonamiento de que las inusitadas maniobras (inteligentes) aéreas que suelen realizar escapan a todas las leyes físicas conocidas por la ciencia hasta hoy.
b) Porque no se les observa ninguna estructura aerodinámica de sustentación, ni medios de propulsión conocida, como tampoco sistemas de dirección de vuelo.
c) Porque resulta totalmente insólito, tanto su manifestación lumínica, como los efectos que llegan a producir. ¿Pueden ser producto de una sofisticada tecnología secreta de alguna potencia mundial? Rotundamente no. Primero, porque si fuera secreta, habría dejado de serlo ante los millones de avistamientos dados desde décadas. Algo ilógico y que no se justificaría de ningún modo. Segundo, porque semejante tecnología hubiera cambiado radicalmente los actuales y comparativamente obsoletos medios de aeronavegación mundial.
¿Qué se extrae de los testimonios?
En gran número de “contactos” o avistamientos OVNIS, se pudo establecer fehacientemente que dichos objetos eran naves desconocidas. Miles de testigos las observaron a escasos metros de distancia, sobrevolando, suspendidas a baja altura o posadas.
Otros, además, visualizaron a sus extraños tripulantes descender o incursionar en sus inmediaciones. Incluso muchos fueron llevados involuntariamente a bordo por esos seres.
Además son miles los casos en los que se constataron diversos efectos que llegan a producir estas enigmáticas naves. Hay más que suficiente documentación en todo el mundo.
Así se llega a una conclusión: rotundamente el término reúne los suficientes elementos de juicio valederos para aceptarse como “aeronaves extraterrestres”, por todo lo antedicho y porque obviamente, para llegar a tamaña empresa desde otro lugar del Universo, se requieren medios de semejante ultra tecnología aeroespacial. Por eso se puede decir que “los ovnis son aeronaves de origen desconocido que merecen una investigación sistematizada a través de una metodología científica apropiada”. Y la ovnilogía es la que debe consolidar dicho tratamiento y realizar las investigaciones.
¿Cómo investigar?
Si se pretende desarrollar a la Investigación dentro del campo de lo científico, se deberá hacerlo mediante la utilización de metodologías, técnicas e instrumental de las disciplinas científicas.
Deberá surgir de los planteos o problemas que se formulan en la interpretación de los datos acumulados: evidenciales y testimoniales. De ello surgirá lo que se llama “Proyecto de Investigación” en el que se determinará, metodología, técnicas e instrumentos necesarios para tal fin.
Sin todo eso no se sabrá “qué buscar” ni para qué servirá lo que se investiga. Complementariamente se requerirán análisis específicos y experimentaciones. Además, es evidente que OVNIS y testigos son dos elementos inseparables. Si falta uno, no existe el caso. Sin OVNI no habrá testigo, y sin testigo no habrá caso. Y así como se investiga la nave, habrá que investigar al testigo dado que este puede estar engañado, o puede ser que sea él quien quiera engañar.