Los detractores de Meghan Markle pueden señalar que ha hecho bastante mérito para ser catalogada de carácter fuerte y una persona con quien es difícil trabajar. Y recientemente la duquesa hizo un nuevo desplante a la familia británica real al rechazar al equipo de ginecólogos de la Casa Real que ha atendido en el pasado a su cuñada, Kate Middleton. De acuerdo con la prensa local, Meghan no quiere que “hombres de traje” supervisen la llegada al mundo de su primer bebé.
Así los médicos Alan Farthing y Guy Thorpe, parte del equipo de la reina Isabel II, cabeceras de la duquesa de Cambridge no prestarán sus servicios a la exactriz que tiene su propio equipo liderado por una médica. Una fuente del palacio que no fue identificada por los medios británicos sostuvo: “Meghan dijo que no quería ‘hombres con traje’. Se mantuvo firme en que quería a su propio equipo, lo que a unos cuantos de nosotros nos dejó perplejos. Esa gente –los médicos de la reina– es lo mejor de lo mejor”.
Cabe destacar que los médicos de la reina Isabel II no cobran aparte por ese tipo de servicios, mientras que “contar con un nuevo equipo de especialistas costará decenas de miles de libras”, por lo que la prensa cree que los ciudadanos lo tomen como una nueva medida extravagante de parte de la esposa del príncipe Harry, que aun se recupera en la opinión pública por su fastuoso baby shower en Nueva York.
Sin embargo, está previsto que los galenos de la casa real tengan algún tipo de intervención en el nacimiento del próximo bebé pues “por protocolo, los médicos de la reina no pueden ser excluidos completamente”, pero su intervención en el alumbramiento de Meghan Markle solo se dará en caso de que tenga lugar una complicación inesperada.
Recordemos también que de acuerdo a la prensa, la duquesa quiere tener el parto en un hospital cercano a su nuevo hogar en Windsor, Frogmore Cottage, y no en el Ala Lindo del hospital de St. Mary de Londres donde Kate y la princesa Diana de Gales, así como otras mujeres de la casa dieron a luz. Asimismo se rumorea que Meghan y Harry no posarán para los fotógrafos para la primera imagen de su bebé en brazos, tal como dicta la tradición. Todo debido a que la futura madre no tiene en planes maquillarse y arreglarse justo después del parto.