El asado argentino ya se ganó un lugar en la cocina internacional, no sólo por la calidad de la carne sino por la forma en que se la cocina y dónde. Lorena Frangione, nacida en La Plata e instalada en Londres hace 19 años, detectó que el interés que generaba su “parrilla argentina” entre sus amigos podía ser una oportunidad de negocios. Su esposo, Nick, apoyó la idea y hace unos cuatro años empezaron a importarlas. Arrancaron con los amigos y el año pasado ya vendieron cien. El precio arranca en las 2000 libras esterlinas (alrededor de $110.000) sin accesorios y sin instalar.
Compran las parrillas a proveedores argentinos y tienen un depósito. “La logística es pesada, porque el pallet completo pesa unos 1000 kilos; distribuimos a toda Europa. Por ejemplo hoy enviamos a Holanda y Francia , es que esta es la temporada alta para nosotros”, cuenta Frangione. Cada container transporta unas 25 parrillas, dependiendo del tamaño porque tienen varios modelos. Además, “Parrilla Gaucha UK” -como se llama el emprendimiento- ofrece servicios de catering y la instalación de las parrillas.
“Veía que los ingleses disfrutaban de sus barbacoas y que cada vez más les gustaba pasar tiempo al aire libre y socializar -dice-, pero el asado no salía igual que el nuestro. En 2007 nos hicimos traer una parrilla y fue un boom entre los amigos; algunos nos pidieron y se las hicimos traer y ahí empezamos a ver que había mercado, que podía ser una opción comercial”.
Además de los contactos, a la pareja de la licenciada en Ciencias Económicas y al especialista en tecnología les dio un impulso extra participar de un asado organizado por la embajada Argentina; ese día hasta el embajador les encargó una parrilla. Frangione señala que esos contactos y algunos consejos de Mariano Mayer, secretario de Emprendedores, los ayudaron a organizarse y a aprender aspectos claves para la importación y la comercialización.
“La relación con otros emprendedores nos encaminó para importar, para hacer los trámites de aduana y cumplir con todas las certificaciones -recuerda-. En Argentina tenemos un par de fabricantes que nos proveen; ahora estamos sumando unas parrillas pequeñas, tipo ‘parrigas’ que nos ofrecieron. Estamos abierto a todo lo que innove y funcione”.
Venden a través de su web donde las imágenes de los productos se mezclan con imágenes de gauchos en las pampas argentinas; también se cuenta la “cultura del asado” y se repasan testimonios que van desde famosos como el futbolista Osvaldo Ardiles (“Ossie” para los ingleses; triunfó en el Tottenham en los ’80). La parilla se entrega con un video de demostración y con todas las instrucciones. “El tema ya está muy instalado, pero ofrecemos toda la asistencia para que el asado salga bien”, ríe Frangione.
Además de las parrillas, ofrecen todos los accesorios; la instalación con mesadas es de las más pedidas. Las “cruces” se están convirtiendo en las nuevas “estrellas”. Nick es un fanático del asado y es el primero en “probar” todo lo que van ofreciendo. “El mecanismo argentino es muy conocido y hasta lo copian pero sin usar el enlozado -sigue Frangione-. Nos distinguimos ofrecer lo que es realmente típico y por entregar a medida lo que la gente busca”.
Los caterings de asado son la otra parte del emprendimiento y apuntan a aprovechar el gusto de los extranjeros por “las fiestas con shows criollos, donde se cocina igual que en la Argentina y se muestra que uno de los principales ingredientes es el compartir, el charlar y pasarla bien con amigos y familia”.