Sebastián Méndez fue baleado el sábado 16 de marzo mientras celebraba la victoria de su equipo que le había ganado 3 a 0 a Lanús. El hombre estaba en el bar ubicado en Bulevar y 4 de Enero cuando dos delincuentes ingresaron con intenciones de robo.
Él trató de impedirlo y recibió un disparo en el tórax, que lo tuvo en riesgo de muerte durante semanas. Tras un mes en terapia intensiva, fue derivado a terapia intermedia y dio su primera declaración mediática: “Salí a defender a una compañera de trabajo con los ojos ciegos y me llevé lo peor”.
Lejos de estar arrepentido, dijo que “lo volvería a hacer”. El coraje le costó una complicada estadía en el hospital Cullen en terapia intensiva, “la recuperación fue durísima, no te puedo explicar”. Y advirtió que del alta “no se habla todavía, la estamos esperando”.