Para la calificadora de riesgo, si el próximo presidente decide “romper con el FMI” bajará la nota de la Argentina. “Hay que sostener los lineamientos básicos”, aconseja la calificadora de riesgo.
“En cualquier otro país, la aprobación de Macri no llegaría al 5%. En Brasil, por ejemplo, Michel Temer se fue con un 7% de aval de su gestión”. El análisis lo hace Gabriel Torres, referente de Moody’s para la calificación crediticia del país. De acuerdo a las consultoras, las políticas del Presidente tienen el visto bueno del 30% de la población.
¿Por qué cree que pasa eso en Argentina? “Es la gran pregunta que también me hago. Pienso que tiene que ver con algo que llaman ‘la grieta’. Un grupo de personas que tomó la decisión de que no quiere volver a lo que consideran malo. No se fijan en el resultado de ahora, en la recesión ni en la inflación de casi 50%. Priorizan no volver al pasado”, evaluó Torres en diálogo con minutouno.com.
Moody’s es una de las tres calificadoras de riesgo más relevantes a nivel global, y para la consultora hay algo claro: el rumbo de la política económica no debe cambiar drásticamente. “Hay que sostener los lineamientos básicos” que lleva adelante Cambiemos, recomienda Torres, Senior Credit Officer de Moody’s.
No obstante, describe la incertidumbre que impera en el sector financiero. “El panorama es difícil. El gran tema para nosotros es que la Argentina tiene siempre este tipo de problemas: una enorme volatilidad económica, constantemente entrando en shocks económicos. Volvió a suceder y lo que tiende a pasar es que cada vez que viene un gobierno, cambia todo”.
Torres es el responsable principal de Moody’s de ponerle nota al país sobre la marcha de la economía y su capacidad de pago de la deuda, un número vital que miran los mercados y los inversores.
Argentina tiene una de las peores calificaciones. Dentro de la escala, de 21 escalones, estamos en el puesto 15: B2. Las primeras 10 posiciones significan que son naciones con grado de inversión. En el caso de Argentina, “se encuentra en una calificación de default alta”, precisó Torres y recordó que desde la gran cesación de pagos de 2001, la nota del país siempre estuvo por debajo de B2.
“Crecer mucho es mejor que crecer poco, pero crecer con mucha volatilidad es peor que crecer menos pero con menos volatilidad. Esto vuelve imposible tener proyección de largo plazo, y es lo que está pasando”, analizó sobre la situación por la que atraviesa el país con la gestión de Mauricio Macri.
“Para nosotros, continuidad no es que el que siga haga lo mismo que Macri en todo sentido, pero sí aconsejamos sostener lineamientos básicos”, planteó el experto de la calificadora Moody’s.
¿Cuáles son esos lineamientos básicos? “Mantener un Banco Central medianamente independiente como sucede ahora, pero no financiarse con la máxima autoridad monetaria. Es decir, usar reservas del BCRA para pagar deudas no es necesariamente malo, está correcto, pero financiarse con el Banco Central es activar la maquinita, es imprimir. Eso es bastante negativo, y continuar con este camino será negativo”, opinó a este portal.
Torres también objetó que sigamos pensando en el dólar en lugar de priorizar el peso. “La economía bimonetaria es un problema de la Argentina. Estás constantemente luchando en si mantenés un dólar bajo que ayuda a la inflación, pero afecta la exportación, o con un dólar alto que en principio ayuda al sector externo, pero resiente la economía, genera recesión. No es una solución fácil”.
A su criterio, bajar la inflación “demandará muchos años” y citó como ejemplo los casos de diferentes países latinoamericanos que salieron de los dos dígitos de la suba de precios después de 5 o 7 años y de mantener en ese lapso las mismas políticas.
Otra debilidad, dice, es la vulnerabilidad externa que caracteriza a nuestra economía. “En 2014, tenías un modelo económico muy diferente al actual. Sin embargo, los resultados son parecidos a los de 2018: caída de economía, shock cambiario, inflación alta y consumo privado en caída. Enfoques y modelos diferentes pero muy vulnerables a lo externo, y eso es lo difícil de cambiar, es el desafío de quien gobierne después del 10 de diciembre”, sentenció.
Y completó: “No hay formula mágica, es ir acomodando lentamente, corrigiendo errores, mantener el rumbo cuando hay estabilidad e ir ajustando”.
El fantasma de Cristina Kirchner
Moody’s suele revisar las calificaciones de los países cada dos años. La última fue en octubre de 2017, por lo que este año llegaría la revisión. Al respecto, el hombre clave en poner la nota para la Argentina adelantó que lo que puede llevar a bajar la calificación es un nuevo shock cambiario de gran magnitud similar al del año pasado, lo que impactaría nuevamente en la economía y en el pago de deuda. Y relacionado a eso es el cambio de política pública grande. “Si gana un candidato que dice que romperá con el Fondo Monetario Internacional (FMI) eso es muy negativo”, avisó.
“¿Para subir la perspectiva a positiva qué debería pasar entonces? Que el Presidente que sea electo no venga a a cambiar todo radicalmente. Que se demuestre que Argentina tiene acceso a los mercados, que va a trabajar para bajar la inflación, el déficit fiscal y que no se va a meter con la autonomía del Banco Central. Hoy evita ir a los mercados porque se financia con el FMI, pero en algún momento debe reemplazar al Fondo por los mercados”, sostuvo.
Por el momento, dijo, “no vemos un cambio en la calificación. Estamos estables y no creemos que vaya a haber una suba del dólar de la magnitud del año pasado. Habrá que seguir lidiando con la volatilidad, y no hay muchas más opciones que lo que están haciendo ahora”.