La disminución de la exposición al sol afecta el nivel de las hormonas y produce cambios en el estado de ánimo
A medida que avanza el otoño uno puede experimentar cambios en el estado de ánimo, que se suelen calificar como “depresión otoñal”. Todavía no se conocen los motivos precisos por los que se produce, aunque se asocia principalmente a las variaciones hormonales que experimenta el organismo con el fin del verano.
Este fenómeno afecta alrededor del 4 por ciento de la población y se presenta más frecuentemente en el sexo femenino que en el masculino, sobre todo entre las mujeres cuya edad oscila entre los cuarenta y los cincuenta años.
Cuando arranca el otoño los días son más cortos, por lo que las personas están menos expuestas a la luz solar que influye en el estado de ánimo. Recibir menos rayos de sol genera una disminución de los niveles de melatonina, que causa somnolencia.
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La menor exposición solar también causa una bajada de los niveles de serotonina, encargada de regular los estados de ánimo y los ciclos de sueño y vigilia, y de dopamina, un neurotransmisor que genera placer y relajación. Por otro lado, disminuye la temperatura corporal, por lo que se necesitan más calorías y, por ende, suben las ganas de comer.
¿Cuáles son las ocho claves para detectar si padecés depresión otoñal? Los síntomas más comunes son:
– Tristeza o depresión.
– Irritabilidad o mal humor.
– Pérdida de energía o cansancio.
– Dificultades para la concentración.
– Disminución de la libido.
– Problemas para conciliar el sueño.
– Aumento del apetito, especialmente de carbohidratos.
– Aislamiento social.