Subió en lo que va del año y los despachos se derrumbaron hasta 50%. Las ofertas de las cadenas exportadoras.
Es cierto que en las carnicerías se resiste volver atrás con los precios, pero frente a un derrumbe entre 30% a 50% en las ventas según los barrios y los cortes; las ofertas están a la orden del día.
La cotización de la hacienda, que es un producto de exportación, se mueve al ritmo del dólar y también en función de la oferta de ganado. Cuando se envían menos animales automáticamente sube el precio del kilo vivo. Es lo que ha estado pasando. Lo que sucedió a principios de año fue la combinación en enero de fuertes lluvias que impidieron la salida de la hacienda de los campos. Y en febrero hubo calores muy intensos que provocaron la muerte de animales en los campos, en los traslados y hasta en el mercado de Liniers con lo que se frenaron envíos a los frigoríficos. En marzo estuvo el feriado de Carnaval. Y esa menor oferta se tradujo en importantes aumentos que empujaron el costo de vida.
El alza de la carne varió entre el 20 y 40%, de acuerdo con Miguel Schiariti, de Cicra que agrupa a frigoríficos pequeños y medianos. En esos meses, el índice de precios de Liniers, que mide la cotización del kilo vivo, aumentó 24%. “No lo dude el precio baja. No se puede sostener en estos niveles”, asegura Schiariti a Clarín.
Por cierto, hay cadenas de supermercados muy ligadas a la exportación que envían cortes especiales a los mercados externos y colocan a precios deprimidos los otros cortes en el mercado interno.
El experto Bernardo Cané sostiene que la exportación, lejos de lo que puede suponerse, ayuda a equilibrar los precios, “ya que se liberan al mercado doméstico y a menor valor los cortes con poca aceptación en el exterior”.
Es el caso de la tapa de asado, falda y la cuadrada para milanesa. Muchas de estas cadenas han lanzado ofertas agresivas y hasta limitaron compras para que no vayan a abastecerse a sus locales los minoristas de los barrios y luego se lancen a competir con ellas.
Cané observa que se estacionó y en algunos casos descendió de 10 a 15% el precio de los terneros que se adquieren a la salida del verano para el proceso conocido como invernada. Consiste en engordarlos, sobre todo en los feed lot, esa especie de hoteles para la hacienda.
Este experto coincide que el precio de la carne al mostrador se mantendrá a la baja y que esa tendencia puede repercutir en otras producciones como la carne de pollo y de cerdo.
Entre tanto, la exportación marcha viento en popa. Un dato: hay largas colas de los camiones para descargar hacienda en las plantas de Swift, Gorina y el ex Finexcor entre otros frigoríficos. Las demoras se extienden más de 12 horas. Y Swift, que estuvo paralizado, acaba de duplicar los volúmenes de faena.