La realidad afecta al Conurbano, territorio donde están instaladas la mayoría. Desde CGERA advierten que “casi la mitad de las máquinas están paradas”. Aducen más importaciones, caída del consumo y suba de tarifas
A pesar de los recientes anuncios del gobierno nacional para tratar de atenuar la crisis en el sector, en el universo de las pymes el panorama es preocupante. En los últimos tres años dejaron de existir más de 11 mil pequeñas y medianas empresas, lo que implica el cierre de diez firmas por día, algo que derivó a su vez en la pérdida de unos 197 mil empleos en el ámbito industrial, de acuerdo a estadísticas de la Confederación General Empresaria de la República Argentina (CGERA).
La coyuntura es aún peor cuando los mismos datos deslizan que 23 de los 24 sectores tienen caída en las ventas e incluso el promedio general de capacidad instalada es de 56,4%. “Esto significa que más de la mitad de las máquinas están paradas hoy en la Argentina”, alertó en diálogo con DIARIO POPULAR Ariel Aguilar, vicepresidente de CGERA.
No obstante, reveló que “cuando se analizan los sectores productivos, es decir los que más empleos generan, se encuentra que la capacidad instalada en calzado es del 40%, en el sector textil es del 32% y en automotriz se trabaja al 25%”
Para Aguilar, existe un combo que dinamitó las posibilidades de las pymes a partir de 2016. “Los cuatro ejes son la apertura de importaciones, la suba de tarifas, la caída de consumo y también la tasa de interés, que estaba arriba del 60%”, enumeró.
El empresario advirtió que “alrededor de dos tercios de las industrias están en el Conurbano bonaerense y casi todas van a pérdida”, para luego precisar que “hay sectores como calzado y marroquinería que tuvieron una caída de venta en unidades de 30%”.
Al desmenuzar por actividad, Aguilar apuntó que los sectores más críticos “son los que más empleos generan: textil, calzado, metalúrgico, juguetes, ópticos, marroquinería”, mientras habló de “claros ganadores”.
“Se trata de los servicios, de los sectores energéticos y financieros, producto de la transferencia de recursos del gobierno a las energéticas y a la especulación. Algo que a su vez está directamente relacionado con la caída de consumo y la suba en la estructura de costos”, puntualizó.