El riesgo país que confecciona el JP Morgan, que analiza marcha de las variables económicas, no hacen más que incrementar la incertidumbre que existe sobre la marcha de la economía. Los bonos argentinos en Wall Street cayeron fuerte por la desconfianza de los inversores externos.
El gobierno no tiene paz. Mientras este martes el mercado se movió dentro una jornada de relativa calma con relación a la cotización del dólar que cerró 13 centavos por debajo del precio del día anterior, a 44,83 pesos tras tres jornadas de bruscas subas, el riesgo país sumó más preocupación al alcanzar los 811 puntos básicos, el más alto en lo que va del año y encaminado al tope de 840 unidades alcanzado bajo la gestión presidencial de Mauricio Macri.
Esta vez la región no tuvo implicancias en el valor de la divisa. Dos factores se conjugaron para que la moneda estadounidense se tomara un respiro. Por un lado, la demanda se contrajo mientras la mayor oferta colaboró en la apreciación del peso. Tampoco influyó que el Banco Central (BCRA) haya bajado la tasa de Leliq.
Algo más de oferta y una leve retracción de la demanda, con el mercado atento a la licitación de Letes y Lecap que realiza Hacienda, contribuyeron al alivio cambiario pese a que el Banco Central convalidó otra pequeña baja de la tasa. El interés que ofreció el BCRA a los bancos –únicos que puede comprar Leliq– estuvo 67,17%, 24 puntos básicos menos que lo ofrecido este lunes y logró retirar del mercado 29.200 millones de pesos.
Las expectativas de algunos sectores del mercado por una mayor baja del dólar tras el anuncio por parte del FMI de un nuevo desembolso de 10.800 millones de dólares que llegaría en los próximos días, se desinflaron rápidamente.
Incertidumbre y desconfianza
En cuanto al riesgo país que confecciona el JP Morgan que analiza marcha de las variables económicas no hacen más que incrementar la incertidumbre y la desconfianza que existe sobre la marcha de la economía tanto en el orden doméstico como en el exterior.
Los 811 puntos en que se “clavó” el riesgo país fueron la consecuencia directa de que inversores en Wall Street buscaran de cualquier manera desprenderse de los bonos soberanos argentinos, por ende con una significativa depreciación de su valor. Las ventas se profundizaron hacia el final de los negocios, con desarmes de posiciones por coberturas.
El Bonar 2024 descendió un 1,5%, el Bonar 2020 cayó un 1,1% y el Discount bajo ley argentina perdió un 2%. Por su parte, los bonos nominados en moneda dura cayeron hasta 3%.
Los fondos especulativos muestran su rechazo a los activos argentinos ante las escasas señales de reactivación de la economía nacional, aplastada por el ajuste monetario y fiscal, que generan una fuerte desconfianza en la capacidad de pago de la deuda.
Es por eso que también se disparó el spread de los seguros contra default (CDS). Los CDS argentinos a 5 años se elevaron a 866 puntos, el récord de la era Cambiemos.