El ministro de Energía, Industria y Recursos Minerales saudita, Khalid al-Falih, denunció que los atentados contra las estaciones de bombeo reivindicados por los rebeldes hutíes buscan desestabilizar la economía internacional
El ataque perpetrado por los rebeldes hutíes, un grupo aliado del régimen de Irán, causó un incendio que generó diversos daños en una de las instalaciones, pero que luego logró ser contenido. Sin embargo, las operaciones en el oleoducto que conecta al este de Arabia Saudita con el puerto de Yanbu, en el Mar Rojo, fueron suspendidas temporalmente para que la empresa Saudi Aramco pueda evaluar mejor la situación.
En tanto, el oleoducto atacado el martes serviría como alternativa a las exportaciones de crudo saudita si el estrecho de Ormuz, en la boca del Golfo, se cerrara. Irán ha comenzado a amenazar con cerrar el estrecho en caso de una posible confrontación militar con Estados Unidos.
Por su parte, los hutíes han lanzado en varias ocasiones ataques con drones y misiles contra ciudades saudíes, pero esta es la primera vez que una instalación de la estatal Aramco fue atacada. Aún se desconoce el estado actual del oleoducto, conocido como Petroline.
A su vez, todos esos actos se produjeron apenas tres días después de que Estados Unidos advirtiera de que este tipo de incidentes podrían darse, y mientras varios barcos de guerra estadounidenses se trasladan a la zona.