Según el Ministerio de salud, en Argentina casi el 6% de la población, es decir 900.000 personas, se ven afectadas por esta patología.
El asma es una enfermedad que afecta a personas de todas las edades, aunque tiene mayor incidencia en los niños. Si bien sus síntomas y frecuencia varían, suele aparecer en diferentes momentos de la vida, por lo que comúnmente los pacientes con asma registran una calidad de vida reducida. Por ese motivo, es considerada una de las principales causas de ausentismo laboral y escolar.
Las características más recurrentes son: tos, falta de aire, opresión torácica, disnea con el ejercicio y a veces, despertares nocturnos a causa de la dificultad para respirar. Por lo general, todos los pacientes registran periodos que van desde el control de los síntomas hasta aumentos que llegan a provocar lo que comúnmente se llama crisis asmática. Estos episodios son más severos y en muchos casos requieren de atención médica en una guardia. Fundamentalmente, se caracterizan por presentar mayor dificultad para respirar, sensación de tener silbidos en el pecho y limitación en los movimientos habituales como correr y caminar y, cuando es aún más grave, estas complicaciones aparecen incluso en reposo.
La sospecha y el buen diagnóstico nos permiten plantear una mejor estrategia de tratamiento. Además de estar atentos a los síntomas que se padece, es importante tener en cuenta los antecedentes familiares de asma y la exposición a alérgenos, que también puede ser una causa que desencadene esta enfermedad. En estos casos, se debe realizar una consulta con un neumonólogo que, en función de los síntomas y los antecedentes, evaluará realizar una espirometría y otros estudios acordes a la necesidad.
Los pilares en el manejo del asma están dados por el correcto diagnóstico, tratamiento adecuado y educación del paciente. Esto se logra fundamentalmente con una buena relación médico-paciente.
Un paciente bien entrenado conocerá cómo proceder frente a esta situación y, en caso de no mejorar, podrá recurrir a una guardia o a su neumonólogo para que indique el protocolo de tratamiento requerido.
En los últimos años se han desarrollado varias normativas y guías que ordenan el manejo de esta enfermedad, ya sea en el diagnóstico, tratamiento y educación. A pesar de esto, tanto en países desarrollados como en Latinoamérica el manejo no suele ser el adecuado y muchas veces tampoco se logra el control de los síntomas o de la enfermedad.
Fuente: Consenso Salud