La ministra de Seguridad Patricia Bullrich brindó una conferencia de prensa este jueves tras los 40 allanamientos realizados en Rosario por la Policía Federal, en el marco del desprendimiento de una investigación por las balaceras contra el Poder Judicial. Afirmó que en total se arrestaron a 34 sospechosos y que 19 de ellos están involucrados con los atentados y con la banda Los Monos. “Toda la organización está detenida”, indicó.
En contacto con la prensa, Bullrich informó que la investigación llevada a cabo por la Policía Federal “fue silenciosa, de muchos meses” porque se llegó al teléfono que esperaban: al de Ariel Máximo “Guille” Cantero, quien está alojado en el penal federal de Ezeiza.
La ministra aseveró que un joven detenido el 12 de febrero pasado en pleno centro de Rosario, llamado Leandro “Chulo” Olivera, es el “jefe territorial de la asociación ilícita”, cuyo jefe “es Guillermo (sic) Cantero”. “Todos los sicarios, tiradores, los que dejaban carteles, están en manos de la justicia. En los 19 detenidos están absolutamente los que participaron (de los atentados)”, comentó.
El director de la Policía Federal a nivel nacional, Néstor Roncaglia, dijo que entre los apresados este jueves hay “familiares de Chulo Olivera” y del clan Cantero, aunque no brindó mayores precisiones. Sobre Olivera, pareja de la hermana del futbolista Ángel Correa, señaló: “Tenía una pseudoempresa para justificar su actividad, que era netamente criminal, como organizar atentados”, subrayó.
“La gente se concentró en San Nicolás para no ser detectados por esta organización. Quiero decirle a los ciudadanos, jueces y familiares que pueden estar un poco más tranquilos. Toda la organización está detenida. Y su máximo jefe será imputado por haber dirigido de manera personal toda esta organización”, amplió la ministra.
Los atentados, “fiestas” para Los Monos
Según precisó la funcionaria nacional, entre las comunicaciones que detectaron entre “Guille” Cantero y Leandro “Chulo” Olivera hallaron palabras que utilizaban en “código” para planificar los ataques contra el Poder Judicial. “Usaban palabras como «Fiestas» para aludir a los ataques. Es todo un lenguaje encriptado. De esas comunicaciones salían nombres, domicilios. Eso permitió llegar a los domicilios y a las personas involucradas”, aseguró.