El Gobierno autorizó un aumento, en 3 cuotas, del 17,5% de las cuotas de los afiliados a las empresas de medicina privada, según la resolución 872/2019 del Ministerio de Salud y Desarrollo Social.
El primer aumento, del 5,5%, regirá a partir del 1 de julio. Otro 6% se sumará desde el 1 de agosto y el tercero, también del 6%, regirá a partir del 1 de septiembre.
El aumento del 17,5%, dice la resolución, es “complementario y acumulativo de aquel que fuera aprobado el 29 de marzo de 2019” cuando se autorizó un incremento del 7,5% desde el 1° de mayo. Así, a septiembre, el aumento acumulado en los 4 tramos será del 26,3%.
Con cargo al año pasado, el sector aplicó hubo 5 aumentos: 7,5% desde junio, otro 7,5% a partir de agosto, 8% desde octubre, 8,5% en diciembre y 5% en febrero pasado. Un incremento total del 42,2%.
Por todos estos aumentos, y caída del poder adquisitivo, muchos afiliados se pasaron a planes más bajos, con menor cobertura o directamente se desafiliaron de la prepaga. Entre las empresas del sector se calcula que la merma de afiliados afectó al 15% del total.
En promedio, el costo de los planes de las prepagas es de entre $ 6.000 y $ 7.500 mensuales para una persona de edad mediana, y es mucho más alto para los adultos mayores. Un matrimonio joven con dos hijos menores, por un plan sin reintegros, paga alrededor de $ 13.000 por mes. Y los planes familiares mayores superan ese importe.
El sector cuenta con 6 millones de beneficiarios, de los cuales sólo un millón son voluntarios. Del resto, el grueso deriva sus aportes de la Seguridad Social a la prepaga a través de las obras sociales y deben pagar, en caso de corresponder, la diferencia con relación al monto del plan privado que se vio incrementado, porque los salarios aumentaron mucho menos que los valores del plan.
Como el salario sigue cayendo en términos reales, se acrecientan los montos de esa diferencia. Otro sector menor corresponde a planes corporativos de empresas.