“Si bien es frecuente en personas mayores, a partir de los 37 años hay que cuidarse el doble”, afirman los especialistas en traumatología del Hospital de Clínicas. Se producen por varios factores, entre ellos el levantamiento de peso en forma recurrente
Cuántas veces escuchamos la frase “no levantes eso que te vas a herniar”, sin saber por qué el esfuerzo físico desmedido puede causar hernia de disco. Según lo explica el doctor Lucas Pearson, traumatólogo del Hospital de Clínicas, hay una relación directa.
“Las hernias se producen por varios factores, entre ellos se destacan el levantamiento de peso de forma recurrente, las actividades repetitivas en torsión y flexión, el llevar adelante una actividad física exigente o por el contrario, el tener una vida sedentaria”, explica.
Los tejidos entre los huesos de la columna vertebral se denominan discos intervertebrales y están compuestos por un núcleo blando, con una textura similar al gel y un revestimiento exterior duro. El disco intervertebral crea una articulación entre cada uno de los huesos de la columna vertebral que les permite moverse. Cuando el revestimiento exterior fibroso se desgarra, el centro blando puede sobresalir por la abertura, creando una hernia de disco. La rotura se produce por degeneración, deshidratación y fragmentación.
Lo importante es consultar al médico cuando se presenta el dolor, ya que suele variar en su intensidad. Según puntualiza Pearson, hay que sospechar una posible hernia “cuando el dolor lumbar no cede con analgésicos comunes y va en aumento. También, si sentimos que el dolor afecta de alguna forma la sensibilidad y la motricidad o causa disfunción del esfínter”.
Los distintos matices dependen del volumen de la hernia, de su localización y de otros factores asociados (edad, peso, fenómenos degenerativos, etc). Pueden pasar de un dolor intermitente, hasta requerir una internación. Esta variabilidad depende del volumen de la hernia, de la localización (central, lateral o foraminal), del diámetro constitucional del canal medular y de la existencia o no de fenómenos degenerativos asociados. El dolor lumbar que no cede con analgésicos comunes, un dolor que va en aumento, dolor irradiado que se acompañe de déficit sensitivo motor o cualquier disfunción esfinteriano son motivos de consulta con especialista.
“Lo primero que pasa por la cabeza del paciente, es que si o si tiene que pasar por el quirófano. Sin embargo, no siempre es condición necesaria la cirugía”, explica el especialista y puntualiza que “el tratamiento conservador es una de las formas de tratamiento más eficientes para todos los pacientes que presenten dolor radicular por hernia de disco durante un periodo de 2 meses, excepto en aquellos pacientes con síndrome de cola de caballo”, concluye Pearson.